La agencia vende billetes tras pactar con varias aerolíneas

Marsans está en el aire salvo que aparezca pronto un caballero blanco en forma de empresa o fondo de inversión que la compre o que las mediaciones políticas surtan efecto. Ayer, la empresa de Gerardo Díaz Ferrán, el jefe de la CEOE, y su socio, Gonzalo Pascual, logró seguir vendiendo billetes gracias a un pacto con las principales aerolíneas (Iberia y su filial Vueling, Air Europa, Spanair y British Airways).

La agencia de viajes no puede emitir billetes, pero sí seguir vendiéndolos de tal forma que el dinero que paga el cliente va directamente a las aerolíneas y no entra en el sistema de compensación de pagos que utiliza IATA, pero tampoco en Marsans.

"No vamos a dejarles tirados con los grandes clientes empresariales"o "es un favor que hacemos a Marsans" son algunas explicaciones que dan fuentes del mercado. El Congreso, uno de esos clientes especiales, no tiene constancia de "ningún problema" con Marsans, que gestiona los viajes de los diputados. El grupo aseguraba ayer que opera con normalidad. Pero algunas oficinas no hacían reservas para el verano. "No nos atrevemos", justificaba una empleada.

Seguir funcionando sin problemas es complicado porque algunos hoteles y operadores turísticos siguen manteniendo a Marsans en situación de prepago: le reclaman abonar por anticipado sus servicios.

Los más de 50.000 clientes que están pendientes del viaje contratado para sus vacaciones esperan poder disfrutarlo tras hacer una reserva de dinero, que rondaría el 20%. Los paquetes no suelen tener seguros si el cliente no los contrata. Pero puede que no hagan falta porque Marsans actúa como intermediario vendiendo paquetes de mayoristas. Existen pólizas en el sector turístico que cubren a las empresas por las pérdidas que generaría la quiebra de una agencia de viajes, con lo que se debería garantizar el servicio al cliente que ha pagado todo el paquete. Otra cuestión es si puede recuperar la señal.

La Unión de Consumidores de España (UCE) aseguró ayer que los billetes ya emitidos por Marsans no pueden ser cancelados por las aerolíneas.

No sólo los clientes sufren por la incertidumbre de si Marsans logrará o no salvarse de la caída. Los trabajadores son los que peor lo están pasando. Muchos clientes llaman a las oficinas para preguntar por sus viajes contratados. Pero la plantilla no sabe cómo va a evolucionar la situación.

El martes por la noche hubo una asamblea de trabajadores que convocó UGT y a la que acudieron unos 1.000 empleados. "Había tensión y estaban muy nerviosos", señalan fuentes sindicales. Su principal preocupación es qué va a pasar con la nómina de este mes.

La mejor solución es que se presente un comprador serio. De momento, han aparecido candidatos oportunistas como el grupo poco conocido Viajabien, que ofrece 3 millones de euros por Marsans.