"Ahora sólo hago personajes malvados"

Miembro ilustre de una estirpe dedicada a la interpretación, Emilio Gutiérrez Caba (Valladolid, 1942) afronta desde hoy en La 1 de TVE (22.15 horas) su último reto profesional dando vida a Vicente Cortázar, patriarca de una de las dos familias en las que se centra Gran Reserva, la gran apuesta de la cadena pública tras el cierre de la temporada de Águila Roja. La serie, con un coste por capítulo de unos 450.000 euros y un reparto de lujo encabezado por el propio Gutiérrez Caba y Ángela Molina, es un thriller rodado en La Rioja sobre la rivalidad entre dos familias que viven del negocio del vino.

¿Qué podemos esperar de Gran Reserva?

Es una serie dramática en la que se cuentan pasiones y odios; es un producto muy acabado que puede enganchar, y sobre todo mantener la tradición de hacer series en España, si no lo vamos a tener que importar casi todo.

La serie retrata la rivalidad entre dos familias dedicadas al vino. ¿Son muy distintas entre ellas?

Tienen algo en común; a las dos les gusta la tierra y el negocio, pero lo enfocan de una manera distinta. Los Cortázar tienen la bodega más grande y bastante menos escrúpulos que los Reverte. Personalmente me inclinaría por los Reverte pero me ha tocado hacer de Cortázar; no obstante, así es la vida, a veces te toca hacer de malo.

"La audiencia tiene que importar, pero TVE no debe estar pendiente de eso"

¿Le gustan ese tipo de papeles?

Desde que hice La Comunidad hace diez años prácticamente todo lo que hago son personajes malvados. Me divierte pensar que cuando era joven siempre hacía los papeles más bobalicones y ahora de pronto soy recargadamente malo. Los malos tienen una carnaza para interpretar mucho mejor que los buenos, que están siempre aguados.

¿En qué se identifica personalmente con el patriarca de los Cortázar?

"Las privadas deberían tener espacios sobre cultura general"

En que tiene una buena biblioteca y le gusta el vino.

¿Hasta qué punto le preocupa alcanzar buenos resultados de audiencia tras los buenos datos de Águila Roja?

En la televisión pública la audiencia tiene que importar en cierta medida, pero Televisión Española no debe estar pendiente de eso. Para eso hay unas cadenas privadas que tienen que rendir cuentas a sus accionistas. La ventaja de Gran reserva es que no te van a cortar el suspense con un anuncio; yo lo agradezco mucho como telespectador.

¿Cree que las cadenas privadas apostarán por productos de este tipo?

Se lo puedo pedir como espectador, pero no como profesional. Lo que sí les exigiría es que tuvieran espacios para divulgar la cultura general. Eso debería ser una obligación común a todas las televisiones porque crearía una atmósfera de información. Nosotros no sabemos dónde hablar de teatro. Lo que no puedo exigir a las cadenas privadas es una serie en la que se juegan el dinero de sus accionistas, sería injusto.