Este artículo se publicó hace 15 años.
"Ahora estamos seguros"
El patrón del Txori Toki, un atunero con seguridad privada, cuenta cómo pescan ya en aguas controladas por piratas
Se respira calma en el atunero Txori Toki mientras faena en las aguas preferidas por los piratas de Somalia para cometer sus tropelías. Su patrón, un galo llamado Ronald, mira hacia el horizonte seguro gracias a la presencia a bordo de los cuatro nuevos miembros de la tripulación: agentes de seguridad privada provistos de armas de largo alcance. "Si vienen los piratas, habrá pam-pam y se irán seguro", asegura haciéndose oír con su acento francés entre el ruido de las máquinas.
El Txori Toki es uno de los nueve pesqueros con bandera española que el sábado se hicieron a la mar tras embarcar en el puerto de las islas Seychelles a los profesionales de seguridad privada instruidos en un programa intensivo bajo la supervisión del Ministerio de Defensa. "Ya forman parte de la tripulación. Formamos un equipo", cuenta el patrón galo con satisfacción, ajeno en ese momento a la liberación del Alakrana: "¡Que les han soltado! ¡Qué bien! Voy a avisar enseguida a la tripulación".
"Los agentes son tranquilos y compartimos todo con ellos"
Una amenaza continuaComo los pescadores del Alakrana, la tripulación del Txori Toki, formada por 29 hombres, estaba curtida por el temor de tener que echar las redes al mar bajo la amenaza de un ataque pirata. Los últimos acontecimientos con la captura del Alakrana les desbordaron y buscaron refugio hasta el pasado sábado en las islas Seychelles, junto al resto de la flota atunera. "Ahora estamos tranquilos, seguros. Las personas que han venido para vigilar son profesionales y cuentan con buen armamento, con metralletas de largo alcance", explica Ronald.
Los pescadores apenas han necesitado tres días para acostumbrarse a sus nuevos compañeros de faena. La vida a bordo de este pesquero de casco azul se ha reorganizado y los cuatro agentes de seguridad participan en los distintos turnos establecidos en las previsiones diarias. "Por ejemplo, tenemos que hacer distintos turnos para comer porque todos no entramos en el comedor y los guardas entran en esas tandas. La relación entre los pescadores y los vigilantes es buena. No hay problemas. Es gente simpática y tranquila. Estamos compartiendo todo con ellos", cuenta Ronald.
"¡Que han soltado al Alakrana! ¡Qué bien, voy a avisar a la tripulación!"
La tripulación está contenta por haber empezado de nuevo a faenar. "¿Cómo se dice esa palabra en español?", se pregunta el patrón francés con su genuino acento al otro lado del teléfono. "Sí, la gente está encantada, porque hemos podido comenzar a pescar. Ahora estamos seguros".
Los cuatro agentes de seguridad privada se organizan en turnos para vigilar los barcos que se acercan al Txori Toki día y noche. Se ayudan para ello de los cinco radares del atunero. "Esta noche, también han estado mirando. Si se acerca un barco, los radares lo captan mucho antes de que se haga visible", se felicita Ronald, persuadido de que "el Índico está muy peligroso".
Los vigilantes también se han encargado durante estos pocos días a bordo de ofrecer información a los pescadores sobre el modo en que deberán actuar en el supuesto de sufrir un asalto de piratas con armas de fuego. "La prioridad es que nos pongamos a cubierto cuanto antes". El patrón francés se muestra por todo ello convencido de que el Txori Toki está prácticamente a salvo de un secuestro. Su único lamento es por el tiempo perdido esta campaña hasta el envío de la seguridad privada: "Hemos perdido mucho tiempo esperando, mientras los barcos franceses faenaban sin problemas. Al Alakrana tampoco lo hubieran secuestrado con profesionales de seguridad a bordo".
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