Este artículo se publicó hace 13 años.
AI pide aprovechar las revueltas árabes para impulsar los derechos humanos
Amnistía Internacional pidió hoy a la comunidad internacional que aproveche la coyuntura histórica de las revueltas en el Norte de África y Oriente Medio para impulsar un cambio global en la situación de los derechos humanos.
En el año de su 50 aniversario, Amnistía subraya en su informe anual el gran ejemplo en la lucha por la libertad y la justicia que han supuesto los levantamientos populares en Túnez, Egipto, Siria, Bahréin, Libia o Yemen, posibilitados en buena parte por el uso de las nuevas herramientas de comunicación como las redes sociales.
"La revolución de los derechos humanos se encuentra en el umbral de un cambio histórico", declaró en una rueda de prensa en Londres el secretario general de AI, Salil Shetty.
En los países árabes, recordó Shetty, la gente ha demostrado con valentía sus ganas de luchar por un futuro mejor frente a regímenes dictatoriales y represivos, pero alertó de que, debido a la crudeza de la represión de esas protestas, ese cambio "pende de un hilo".
"La comunidad internacional debe aprovechar la oportunidad para el cambio" y asegurarse de que se convierte en una realidad en el 2011, recalcó, y advirtió de la necesidad de promover la libertad de expresión frente a regímenes que intentan controlar el uso de las redes de comunicación social.
El informe anual de Amnistía se centra este año en buena medida en el derecho a la libertad de expresión, que, según la organización con sede en la Londres, está amenazado en al menos 89 países, incluidos China o Irán.
La ONG documenta casos de presos de conciencia en 48 países, tortura y malos tratos en 98, y juicios injustos en al menos 54.
Miles de defensores de los derechos humanos fueron amenazados, encarcelados, torturados y asesinados en Afganistán, Angola, Brasil, China, México, Rusia, Tailandia, Turquía, Uzbekistán, Vietnam y Zimbabue.
Algunos momentos emblemáticos del 2010 para AI fueron la liberación de Daw Aung San Suu Kyi en Birmania y la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, pese a los intentos de su Gobierno por sabotear la ceremonia.
El informe denuncia también el deterioro de la situación de los derechos en países como Ucrania, Bielorrusia y Kirguistán, la espiral de violencia en Nigeria y la creciente crisis que plantean los insurgentes armados maoístas en el centro y nordeste de India.
Por regiones, señala la organización, se detecta una amenaza cada vez mayor para los pueblos indígenas en América, la penalización en algunos países de Europa de las mujeres que eligen cubrirse el rostro con un velo, y la creciente tendencia de los Estados europeos a "devolver" a inmigrantes a lugares donde corren peligro de sufrir persecución.
Continúan además los conflictos en Chad, Colombia, Irak, Israel y los territorios Palestinos ocupados, el Cáucaso Norte en Rusia, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Sri Lanka, Sudán y Somalia, en los que grupos armados y fuerzas gubernamentales han atacado con frecuencia a la población civil.
Amnistía reconoce algunos avances, como por la disminución de la pena de muerte -96 países la han abolido, frente a 16 en 1977, cuando la ONG empezó su campaña-, mejoras en la atención a la salud materna en Indonesia o Sierra Leona, y el procesamiento de algunos de los responsables de delitos contra los derechos humanos cometidos durante los Gobiernos militares en Latinoamérica.
Salil Shetty dijo que los Gobiernos poderosos deben respaldar las reformas que surgen en Oriente Medio o África, y avisó de que "la auténtica prueba de la integridad" de estos Ejecutivos será "el apoyo a la reconstrucción de Estados que tal vez no sean aliados, pero que promueven los derechos humanos".
También considera que deben demostrar su voluntad -como en el caso de Libia- de remitir a la Corte Penal Internacional a los autores de los delitos más graves cuando todas las demás vías judiciales fracasan.
Amnistía insta al Consejo de Seguridad de la ONU a adoptar una política clara frente a los crímenes contra la humanidad, para afrontar casos como la brutal represión de manifestaciones en Siria, Yemen y Bahréin.
Según la organización, los Gobiernos de Oriente Medio y el Norte de África "deben tener el valor de permitir reformas y proteger el derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica y garantizar la igualdad para todas las personas", en particular promoviendo la plena participación de las mujeres en la sociedad.
En cuanto a las empresas que proporcionan acceso a internet, telefonía móvil y sitios de redes sociales, AI subraya que "deben respetar los derechos humanos y no convertirse en cómplices de Gobiernos represivos que desean sofocar la libertad de expresión y espiar a su pueblo".
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