Este artículo se publicó hace 15 años.
Air Comet cierra y deja a 640 empleados en la calle
Díaz Ferrán y su socio no logran el dinero necesario para tapar las deudas
La agonía vivida en el último medio año por los 640 trabajadores de Air Comet ha sido terrorífica y, lo peor, es que aún no ha acabado. La aerolínea que controlan Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la patronal CEOE, y su socio de siempre, Gonzalo Pascual, cerrará asfixiada por más de 100 millones de deuda y, sobre todo, porque sus dueños no han sido capaces de conseguir el dinero necesario para tapar algunos de los agujeros provocados en la compañía. El resultado es que 640 empleados se ven abocados a ir a la cola del paro en plena Navidad.
A última hora de la tarde, el director general de Air Comet, Eduardo Aranda, comunicó al comité de empresa que la aerolínea paraba los cinco aviones que tenía hasta ahora volando y dejaba de vender billetes. Con ello, anunciaba el cierre técnico de la compañía, que prevé presentar, previsiblemente hoy, un concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) y un expediente de regulación de empleo para toda la plantilla, según fuentes sindicales.
De hecho, ante la imposibilidad de operar y de hacer frente al carburante, la venta de los billetes de Air Comet se paralizó el pasado sábado. Los dos comités de huelga, integrados por representantes del colectivo de Estructura y Vuelo (pilotos, mantenimiento y oficinas) y de 'handling' solicitaron reunirse con la dirección de la aerolínea, para pedirles una vez más garantías suficientes para el cobro de las nóminas atrasadas, hasta seis meses en algunos casos, una vez que los trabajadores constataron que "sólo se han cobrado algunos pagarés".
Decisión de un tribunal británicoLa empresa ha decidido este cierre porque un tribunal británico ha decretado el embargo de ingresos que tenía pendientes Air Comet por 17 millones de euros por no pagar el alquiler de unos aviones. La compañía asegura que está buscando "soluciones a la viabilidad" de la aerolínea. El embargo ha hecho fracasar la venta al inversor holandés Arnold Leonora.
"Es el regalo que nos deja en Navidad Díaz Ferrán: 640 familias en la calle"
Tras la noticia, medio centenar de trabajadores de Air Comet se concentró en la Terminal 1 de Barajas.
"Es el regalo que nos deja en Navidad Díaz Ferrán: 640 familias en la calle", afirmó Pedro Maceira, del sindicato de pilotos Sepla, que ha estado, con el resto del comité de empresa, luchando por que la plantilla cobrara las hasta seis nóminas que debe Air Comet a sus trabajadores.
Díaz Ferrán dijo a Público que siente la caída de la aerolínea "sólo por los empleados" y "por los pasajeros".
Otro Air MadridEl comité de empresa pidió al Ministerio de Fomento la semana pasada que mediara para evitar otra caída como la de Air Madrid hace dos navidades. Fomento recordó anoche en un comunicado a Air Comet que "tiene la obligación de atender" a los pasajeros afectados. En cualquier caso, el ministerio trabaja para encontrar una solución que podría pasar por recolocarlos en otras aerolíneas. Air Comet puede dejar en tierra a unos 1.500 pasajeros al día.
Posible multa de 4,5 millones de euros
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha anunciado la apertura de un expediente sancionador a Air Comet por posible infracción muy grave, que podría conllevar una multa de hasta 4,5 millones de euros, y ha dado 12 horas de plazo a la compañía para que le presente un plan que asegure el cumplimiento de sus obligaciones con sus usuarios.
Air Comet, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, el presidente de la CEOE, anunció hoy que presentará concurso de acreedores y un ERE que afectará a toda la plantilla, compuesta por 700 empleados. En una primera instancia, la Dirección General de Aviación Civil, dependiente de Fomento, requirió por escrito a la compañía para que entregara "de forma inmediata" sus planes "concretos de actuación".
Ante la falta de respuesta a esta petición, la AESA dictó una resolución para que la aerolínea le presente en un plazo de 12 horas un plan "que asegure el cumplimiento de las obligaciones que se derivan del contrato privado de transporte que tiene suscrito con los pasajeros".
Asimismo, instó también a esta compañía a que preste "especial atención" al traslado de pasajeros en ruta, es decir, que hayan realizado un desplazamiento de ida entre España y países de Latinoamérica, o viceversa, y deban retornar a su lugar de origen.
En caso de la compañía no cumpla con sus obligaciones, el Ministerio de Fomento asumirá, de forma subsidiaria y con cargo a Air Comet, el traslado de los pasajeros a su destino. "Esta actuación subsidiaria por parte de Fomento tendrá el alcance que resulte necesario para atender las situaciones de urgente necesidad de los pasajeros", advirtió.
Además, la directora de la AESA abrió expediente sancionador a Air Comet por la posible comisión de una infracción muy grave que prevé la Ley de Seguridad Aérea por incumplimiento de las obligaciones respecto de los pasajeros afectados por cancelaciones de vuelos de esta compañía, una sanción que podría conllevar una multa de hasta 4,5 millones de euros.
La venta de Trapsa, en el aireEl presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, negó a este diario que Marsans, la empresa turística y de transporte que comparte con Gonzalo Pascual, negocie la venta del grupo de autobuses Trapsa. “No tenemos ninguna negociación para vender Trapsa”, dijo Díaz Ferrán, que sí aseguró que Marsans negocia la venta de “otras empresas de transporte del grupo”. Según Europa Press, el grupo de transporte de autobús Avanza mantiene negociaciones “muy iniciales” para la posible adquisición de Trapsa. Para Marsans, la eventual venta de Trapsa aliviaría sus problemas financieros, que han derivado en la liquidación de la aerolínea Air Comet. Avanza pertenece desde 2006 al fondo de inversión británico Doughty Hanson y es el resultado de la unión, en 2002, de las empresas Auto Res, Vitrasa y Transportes Urbanos de Zaragoza (Tuzsa), a las que en 2003 se unió La Sepulvedana. Trapsa, cuyo negocio es el origen del entramado empresarial de Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual, podría reforzar el negocio de Avanza, que factura unos 350 millones de euros al año y cuenta con una plantilla de unos 5.000 trabajadores.
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