Este artículo se publicó hace 15 años.
"Aire nuestro", la lucha de Manuel Vilas contra la televisión basura
Tras el éxito de "España", Manuel Vilas vuelve a desafiar los límites de la ficción con "Aire nuestro", una cadena de televisión "metida en una novela" que emite cosas que nunca se proyectarían en la pequeña pantalla y que busca a un "espectador inteligente que no quiere ver televisión basura".
Elvis Presley, Allen Ginsberg, Johnny Cash, García Lorca, Lou Reed, Luis Cernuda o el Rey Juan Carlos I desfilan por Aene TV, una televisión en la que se cruzan pasado y futuro, realidad y ficción, humor, sexo o cinismo a través de once canales imaginarios, intercambiables y manipulables que pretenden ser "una lucha contra la alienación", ha dicho hoy Vilas en una entrevista con Efe.
Convencido de que "lo que le queda a una sociedad para luchar contra la alienación es el arte y la cultura", el autor aragonés se ha hecho "propietario" de esta cadena que "emite" su propia visión del mundo.
Y aparecen en antena descabelladas historias de poetas que se encuentran en el purgatorio, del fantasma visionario del Che, o de un imaginario rey Juan Carlos III que, en el año 2398, habla a su hijo desde el lecho de muerte.
Con "Aire nuestro", que publica Alfaguara, Manuel Vilas pretende demostrar "que la vida humana es una fiesta en la que hay cosas extraordinarias pero también partes oscuras".
Y es que sus personajes son un reflejo de que "todo lo que no está en la televisión no existe" y de que "vivimos en un mundo social en el que el mito de llegar a ser alguien es fundamental", en opinión del autor.
Además de confundir "realidad y ficción", Vilas confiesa que está muy interesado por "los jefes del mundo", por aquellos que "en teoría, tienen que saber adónde vamos y que son los últimos responsables de la creación de la realidad".
"Pero son los que menos idea tienen", asegura el autor, para quien "la realidad siempre supera la ficción, y la imaginación de un escritor es ridícula comparada con las cosas que pasan".
Para Vilas (Barbastro, Huesca, 1962), "es una extraordinaria vulgaridad que un gobernante en España esté obsesionado por comprarse un reloj de 20.000 euros y que su ambición no sea cambiar el país en el que vive".
"Estamos percibiendo la corrupción como si fuese un episodio de ficción y, además, políticamente el ser humano aguanta muchísimo", lamenta Vilas.
Para enfrentarse a la alienación de la realidad virtual, Vilas sumerge al lector en sus particulares "gran pantalla americana", "telepurgatorio", "informe semanal", "teleterrorismo", "reality shows" o "teletienda", que dan nombre a algunos de los capítulos del libro.
Todo esto sin olvidar la figura de Elvis Presley en sus páginas, "un bálsamo humano" que, cuando aparece cambia el rumbo de los personajes, porque "cambió el mundo tanto como lo hicieron Freud y Marx", según el autor.
Vilas es consciente de que nada de esto es proyectable en la pequeña pantalla: "Me imagino que como empresario de televisión no tengo futuro", bromea. "Pero hay que reírse, si no esto no hay quien lo aguante", concluye.
Mònica Faro
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