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De Alaska a Perú, con destino Kalahari, para llevar agua "donde hace falta"

EFE

Alida Juliani Sánchez

De Alaska a Perú, pasando por doce países, una pareja española recorre desde hace más de un año el continente americano en bicicleta, con destino final en África, llevando como único equipaje una botella con nieve que enterrarán en el desierto del Kalahari, "para llevar agua donde más hace falta".

Nacho Eguren e Idoia Ramírez, naturales de la localidad vasca de Hondarribia, emprendieron su aventura en mayo de 2010 y este fin de semana coincidieron con la expedición de la Ruta Quetzal BBVA en la fortaleza de Kuélap, en la provincia peruana de Luya.

"Nos enteramos de que la Ruta estaba aquí y quisimos saludar a Miguel de la Quadra-Salcedo -veterano periodista y aventurero que dirige la expedición desde hace 26 años- y contarle nuestra historia", indicaron a Efe.

Eguren y Ramírez explicaron que la botella con nieve de Alaska "es un símbolo de que es posible llevar agua desde una zona del mundo donde abunda hasta aquellos lugares en los que es tan necesaria".

El joven español, que antes de iniciar el viaje trabajó ocho años como ingeniero en una empresa ferroviaria, indicó que durante ese tiempo estuvo ahorrando para poder realizar su sueño y luego solicitó una excedencia de dos años.

"Idoia terminaba entonces una beca en ETB y decidió unirse a mí en esta aventura", añadió.

Durante dos años, la pareja preparó por Internet la ruta que iba a realizar, "pero luego te das cuenta de que hay que ser muy flexible, porque nunca sabes, por ejemplo, dónde vas a dormir".

"El presupuesto que nos hemos marcado es de 12 dólares al día, unos 350 al mes. Pero por ejemplo, aquí en Perú, todo resulta más barato", señaló el español.

En año y un mes la pareja ha recorrido Canadá, Estados Unidos, México, Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú.

"Nuestro próximo destino es el Lago Titicaca, en (el lado de) Bolivia; luego iremos a Chile y Argentina, y después cruzaremos a Sudáfrica", explicó Eguren.

"La idea inicial era viajar a África en barco, pero en Panamá hicimos la costa del Caribe, que es muy remota, en botes y el primer día casi nos hundimos, porque nos pilló una tormenta y lo pasamos tan mal que hemos pensado que lo haremos en avión", agregaron.

En tantos meses y países recorridos, la pareja acumula multitud de experiencias, unas muy buenas y otras, no tanto.

Entre las situaciones que más les han impactado recuerdan especialmente lo que les sucedió al llegar a Colombia.

"Nos acompañaba una pareja de Canadá con los que habíamos viajado durante más de dos meses y les atracaron a punta de pistola. Fue una pena, porque tuvieron que abandonar el viaje", indicó Eguren.

Sin embargo, "el 90 por ciento de la gente que nos vamos encontrando es muy maja", aseguró.

"En Estados Unidos, por ejemplo, nos veían en el supermercado y nos invitaban a sus casas. Nos han llevado a dormir a ranchos en Canadá", añadió.

Ramírez confirmó que la hospitalidad de la gente es algo que les llamó "mucho la atención" porque no están "acostumbrados a que un desconocido te deje su casa, incluso sin estar él". "Es una lección que hemos aprendido", apuntó.

Los dos españoles rememoraron también la "sensación de libertad" que experimentaron en el Parque Nacional de Denali, en Alaska, "porque no había nadie".

Explicaron que les impactó toparse por la carretera con hasta 30 osos, "algo a lo que te acabas acostumbrando, pero que al principio resulta muy sorprendente".

"Vimos también una ballena azul que había muerto en la costa de California. Nos dijeron que era la más grande del mundo y que le entraba un elefante en la boca", señalaron.

Tanto Eguren como Ramírez indicaron que confían en completar su recorrido, aunque "todo depende, porque te pueden suceder muchas cosas en un viaje, desde que se rompa la bicicleta hasta que estés enfermo".

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