Este artículo se publicó hace 16 años.
Alemania advierte contra el antisemitismo en aniversario de 1938
La canciller alemana, Angela Merkel, recordó el domingo el 70 aniversario de la llamada "Kristallnacht" (noche de los cristales rotos) contra los judíos por parte del régimen nazi advirtiendo contra la complacencia en la lucha contra el antisemitismo.
Merkel habló junto a varios líderes judíos en una ceremonia celebrada en una sinagoga en Berlín que fue una de las 1.000 dañadas o destruidas por los paramilitares nazis en Alemania y Austria.
Al menos 91 judíos resultaron muertos, unos 7.500 negocios propiedad de judíos fueron asaltados y unos 30.000 judíos fueron detenidos y enviados a los campos de concentración, en un preludio del Holocausto en el que murieron seis millones de judíos.
"No podemos ser indiferentes a los extremistas de derechas que desfilan por la Puerta de Brandenburgo o a los extremistas de derechas que obtienen escaños en los parlamentos", dijo la canciller, en referencia a eventos recientes.
"No podemos quedarnos callados cuando se acosa a rabinos en las calles, se profanan cementerios judíos y se cometen crímenes antisemitas", aseguró. "La complacencia es el primer paso hacia poner en riesgo los valores más esenciales de nuestra democracia".
La violencia de 1938 conmocionó a muchos alemanes no judíos, que vieron de primera mano la brutalidad de los nazis.
Charlotte Knobloch, presidenta del Consejo Central de Judíos en Alemania dijo el domingo que le preocupa el éxito de los partidos de ultraderecha en varias elecciones en estados del este del país.
"Hay algunas señales alarmantes (...) Parece haber una falta de convicción en las fuerzas democráticas para afrontar a los ultraderechistas", dijo Knobloch, que fue testigo de lo ocurrido esa noche en Múnich cuando tenía seis años. "Hace falta pasos contundentes para luchar contra ellos".
La excusa para la Noche de los Cristales Rotos se desató a raíz del asesinato de un diplomático alemán el 7 de noviembre de 1938 por parte de un estudiante judío polaco en París. Las protestas por su muerte fueron al parecer manipuladas por Hitler para desatar los ataques.
"DOLOR" DEL PAPA
A las palabras de Merkel se unieron el domingo las del Papa Benedicto XVI, nacido en Alemania, que habló de su persistente dolor por la "Kristallnacht".
"Aún hoy siento dolor por lo que pasó en aquellos eventos trágicos, cuyo recuerdo debe servir para asegurar que nunca se repitan esos horrores y que luchemos, en todos los niveles, contra cualquier forma de antisemitismo y discriminación", declaró el Pontífice.
"Invito a todo el mundo a rezar por las víctimas de aquella noche y que se unan a mí para expresar una profunda solidaridad con el mundo judío", agregó ante la multitud congregada para su habitual rezo del Angelus en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Benedicto XVI, nacido como Joseph Ratzinger en Baviera en 1927, fue obligado a unirse a las Juventudes Hitlerianas cuando era adolescente, aunque sus dos padres se oponían a los nazis. Este mismo año dijo en un discurso en Nueva York que su adolescencia se vio "manchada por un régimen siniestro".
En la actualidad está siendo presionado por supervivientes del Holocausto y sus descendientes para que frene el proceso de santificación del Papa durante la Segunda Guerra Mundial, Pío XII.
Algunos judíos acusan al Pontífice que dirigió la Iglesia Católica entre 1939 y 1958 de ignorar el exterminio de los judíos. El Vaticano defiende que trabajó desde las sombras para ayudar a salvar a muchos judíos de una muerte segura.
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