Alemania hace peligrar la ayuda del FMI a Europa

Para el presidente del Banco Central de Alemania (Bundesbank), los países periféricos son como alcohólicos. Jens Weidmann rechazó ayer la compra masiva de bonos de países acorralados por la especulación, que un clamor académico y en parte político reclama al BCE. "Es como si el alcohólico dijese: desde mañana estaré limpio y cumpliré las normas, pero necesito una botella hoy", aseguró, según explica Reuters. "No creo que sea sensato dar una botella a un alcohólico. No tendrá incentivo alguno para solucionar su problema", insistió.

Weidmann, que antes de dirigir el Bundesbank era el máximo asesor de la canciller Angela Merkel, se desmarcó de las decisiones abanderadas por su exjefa en la cumbre de la semana pasada. No le convence el acuerdo de que la eurozona y otros socios europeos presten al Fondo Monetario Internacional 200.000 millones de euros adicionales a través de los bancos centrales por si hacen falta para futuros rescates. "El Bundesbank está listo para ampliar en 45.000 millones [su aportación al FMI], pero siempre que haya una distribución justa de la carga entre los países del FMI", advirtió, incluyendo a otros, como EEUU, hasta ahora muy reticentes. "Si esas condiciones no se cumplen, no podemos estar de acuerdo en hacer un préstamo al FMI", recalcó. Sin embargo, ayer por la noche, el presidente de la Fed de EEUU, Ben Bernanke, aseguró ante un grupo de senadores republicanos que el organismo que dirige no piensa tender su mano a Europa.

Italia coloca 3.000 millones en bonos al tipo de interés más alto desde 1997

Por su parte, Merkel dio un discurso ante la Cámara Baja en el que intentó no sembrar dudas en los mercados. "Estoy convencida de que, si tenemos la paciencia y el aguante necesarios, si no dejamos que los reveses nos tumben, si nos movemos con consistencia hacia la unión económica y de estabilidad, si completamos realmente la unión monetaria... nuestro objetivo desde el inicio de la crisis se habrá cumplido", confió. Merkel reivindicó a Reino Unido como un "socio importante" y recordó que "cualquier país de la UE" puede unirse en cualquier momento al nuevo tratado.

Pero sus palabras no consiguieron calmar el pesimismo en los mercados desatado por la cumbre y acrecentado por las palabras de Weidmann. Tampoco sentó bien el anuncio del ministro francés de Finanzas, François Baroin, de que en enero se presentará una enmienda a la propuesta de Bruselas de tasa sobre las transacciones financieras que tanto teme la City londinense. Para colmar el vaso, tras 15 meses de reformas, ajustes y nuevos impuestos, Grecia sigue mostrando cifras decepcionantes en cuanto a la recaudación de ingresos y la lucha contra el fraude fiscal. El país pierde al año 13.000 millones por el fraude fiscal, lo que hace peligrar que Atenas pueda cumplir con sus objetivos financieros en 2011 y pone en duda la estabilidad del Gobierno tripartito, informa Yiannis Mantás.

Con este aluvión de noticias negativas, la huida de los inversores en busca de refugios hizo desplomarse a todos los mercados. En Italia, el Tesoro tuvo que pagar un 6,47%, el tipo de interés más alto desde 1997, para colocar la emisión de 3.000 millones en bonos a cinco años. La prima de riesgo italiana se disparó hasta los 487 puntos básicos, 22 más que el martes, en parte por la caída del tipo de interés de los demandados bonos alemanes; la española escaló nueve puntos, hasta los 376 puntos.

Los inversores se refugian en el dólar y el resto de activos se deprecia

El euro siguió cayendo frente al dólar y ya ha perdido un 3% desde el viernes. Ayer rozó su cambio más bajo de todo el año, al cerrar en 1,30 dólares. En las bolsas, la más perjudicada fue París, que se dejó un 3,3% acuciada por los rumores insistentes de una inminente rebaja de rating por parte de las agencias de calificación. El Ibex 35 perdió un 1,75%. Ni las materias primas ni el oro se libraron de las caídas.