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Las dos Alemanias se reunificaron con un abrazo de dos gigantes en el corazón de Berlín

EFE

Dos figuras gigantes de madera, custodiadas por miles de berlineses, bajo el viento y a ratos persistente lluvia, se fundieron hoy en un abrazo bajo la Puerta de Brandeburgo, simbolizando la reunificación entre las dos Alemanias en el Día de la Unidad y a las puertas del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, el próximo 9 de noviembre.

Un colosal buzo de 15 metros de altura y su algo más menuda sobrinita, de 7,5 metros, simbolizaron a las extintas gran República Federal Alemana (RFA) y la menuda República Democrática Alemana (RDA), respectivamente.

Las dos figuras, dos marionetas de madera y acero de la Compagnie Royal de Luxe, se encontraron tras un largo deambular junto al histórico monumento de la Puerta de Brandeburgo, ante decenas de miles de personas concentradas a lo largo de un kilómetro y medio de la Avenida 17 de Junio.

El buzo, símbolo de la RFA, había emergido, con sus dos toneladas de peso, a media mañana de las aguas del río Spree, junto a la estación ferroviaria central, izado desde una grúa y aupado por varios miembros de esa compañía francesa.

Su sobrinita, una muchacha de mirada tierna y representante de la RDA, había abierto el espectáculo el día anterior con su despertar ante el llamado Ayuntamiento Rojo de la ciudad -por el color de fachada-, en la Alexanderplatz.

Tras desperezarse y dar una vuelta por la ciudad, la muchacha se quedó apaciblemente dormida en la gran explanada junto a la Isla de los Museos, siempre en la antigua parte oriental de la ciudad.

Ahí el buzo se quitó la escafandra y tomó en sus brazos a la muchacha.

Los dos muñecos iban accionados desde dos recias grúas por acróbatas de la tropa, saltando desde las lianas para posibilitar cada uno de sus pasos, hasta encontrarse bajo la Puerta.

Con esta alegoría bienintencionada -y algo paternalista- se representó el reencuentro familiar de las dos Alemanias, separadas durante décadas y emergiendo cada una por su lado, en pos de la otra, hasta reunificarse en el corazón de Berlín.

El espectáculo es obra del artista Jean Luc Courcoult y fue el estreno en Berlín de la compañía francesa, que anteriormente había llevado espectáculos parecidos a Londres y Santiago de Chile.

Fue el colofón festivo desde la capital al acto solemne celebrado en Saarbrücken (junto a la frontera francesa), donde la canciller, Angela Merkel, evocó el coraje cívico de los miles de germano-orientales que participaron en la Revolución Pacífica.

El 3 de octubre es festivo en Alemania y se conmemora la firma del Tratado de Unidad, ese mismo día de octubre de 1990 por el que la RDA quedó disuelta y su territorio se integró en el de la RFA, once meses después de la caída del Muro, el 9 de noviembre de 1989.

Las conmemoraciones se celebraron entre medidas de seguridad reforzadas hasta niveles poco habituales en Alemania, tras la difusión en pasadas semanas de varios vídeos de Al Qaeda amenazando con un "amargo despertar", tras las elecciones generales del pasado domingo, si Alemania no retira sus tropas de Afganistán.

Los dispositivos de seguridad estaban en alerta desde antes de los comicios y se reforzó la presencia policial en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y otros lugares, en Saarbrücken, Berlín y Múnich -donde se celebra la multitudinaria Oktoberfest-.

Ayer, la estación central de Berlín ante la que emergió el coloso registró la alarma por una maleta abandonada, que forzó la evacuación parcial del edificio y la presencia de artificieros, hasta que descubrieron que el equipaje no era peligroso.

La fiesta de la Unidad berlinesa se completó con la entrega de los premios Quadriga a los ex presidente soviético Mijail Gorbachov, y checo, Vaclav Havel, así como al presidente de la Comisión Europa (CE), el portugués José Manuel Durao Barroso.

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