Público
Público

El alfarero Manuel Coca "revoluciona" el arte de las urnas fúnebres

EFE

El alfarero salmantino Manuel Coca, afincado desde hace más de una década en el municipio de El Bodón, ha "revolucionado" el arte de las urnas fúnebres para guardar las cenizas de los difuntos con un diseño que seduce a las colonias de ingleses y alemanes asentadas en las costas de Andalucía o Levante.

En una entrevista con EFE, este artesano reconoce que todo empezó, casi por casualidad, hace cuatro años, cuando un matrimonio de Cantabria, que conocía el mercado funerario de Inglaterra, le sugirió que les presentara un diseño de alguna urna fúnebre, ya que era un posible mercado para explotar en la zona de Alicante y en la Costa del Sol.

De entre todos los artesanos que participaron, este matrimonio cántabro se decidió por el diseño de urna fúnebre que les presentó Manuel Coca, que se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca.

"Se trata de una urna funeraria realizada únicamente con materiales de la provincia de Salamanca, con caolín y esmaltes del lugar, que intenta imitar un canto rodado", ha explicado el alfarero, que tiene su taller en el pueblo de El Bodón, a quince kilómetros de la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo.

Cada año le encargan alrededor de 150 urnas fúnebres que, "a día de hoy, me dan para mantener todo mi taller artesanía", ha explicado Coca.

Las urnas, que tienen diferentes tamaños, son obras de arte que "se adaptan muy bien con el exterior, por ejemplo, de un jardín, aunque también se pueden colocar como adorno en alguna zona interior de la casa donde viven los familiares del fallecido".

El artesano confiesa que se inspira, a la hora de hacerlas, escuchando algún réquiem.

Las urnas, cuyo tamaño medio es de unos 35 centímetros, las fabrica con un gres de porcelana, a base de caolín y feldespatos que, previamente, ha obtenido de rocas graníticas de algunas minas salmantinas, de La Fregeneda o Aldehuela de la Bóveda, o de la comarca zamorana de Sayago.

Además, también elabora pequeñas urnas fúnebres, de unos diez centímetros de alto, que tienen gran aceptación entre familias que reparten las cenizas del difunto entre varias personas.

Otra de las características de estas urnas es que sus brillos están logrados a base de esmaltes que se obtienen tras las cocción de las cenizas de encina, ricas en minerales como el calcio o el sílice, que les dan unas tonalidades ocres muy características.

Manuel Coca es uno de los artesanos más conocidos de la provincia de Salamanca e, incluso, ha desarrollado hace dos años un taller de empleo de alfarería y artesanía para formar a personas del norte de Cáceres y de la provincia de Salamanca.

Según el artista, sus creaciones tienen mucha aceptación entre la población japonesa que visita la provincia de Salamanca, ya que sus obras de arte tienen muchos motivos que se podrían considerar orientales.

De hecho, una gran parte de los visitantes que recibe a diario en su taller son personas japonesas, que están afincadas o de visita por Castilla y León.

Manuel Coca ha llevado sus creaciones artísticas a numerosos países de Europa y reconoce que no lo ha hecho en América debido a que es muy caro y arriesgado el transporte de sus artesanías.

Carlos García

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias