El movimiento Alianza País, que lidera el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, empezará a construir su "revolución ciudadana" a partir de la Asamblea Constituyente que se instala hoy en la ciudad de Montecristi.

Así lo considera Virgilio Hernández, asambleísta de Alianza País, quien no duda que los grupos de derechas intenten desestabilizar ese proceso que, según dijo, fue apoyado por la mayoría del pueblo en las dos últimas elecciones.

Hernández, un carismático líder juvenil, que saltó a la vida política apoyando las luchas indígenas, aseguró, en entrevista con Efe, que la nueva Constitución ecuatoriana, que elaborará la Asamblea, será construida con el apoyo de muchos sectores de la sociedad.

Precisó que el trabajo propuesto por su grupo en la Constituyente, integrada por 130 asambleístas, 80 de ellos de Alianza País, se sustentará en nueve ejes temáticos, con los que el grupo oficialista pretende llevar adelante la "revolución ciudadana".

También se planteará una décima mesa de trabajo, de legislación y fiscalización, que es la que se prevé reemplace al Congreso en sus funciones, pues la Asamblea prevé cesar a la Cámara.

Las nueve mesas temáticas de discusión en la Constituyente, explicó Hernández, se ocuparán de discutir "derechos y garantías" sociales, la "participación ciudadana y el sistema de representación" de la ciudadanía.

También se abrirán mesas de "organización del Estado", de "ordenamiento territorial y descentralización", de "asignación de competencias", de "biodiversidad", de "trabajo y producción", sobre el "modelo de desarrollo", del "acceso a la justicia y la lucha contra la corrupción" y de "soberanía, relaciones internacionales e integración latinoamericana".

"Esos son los grandes ejes y sobre ellos se establecerán grupos de trabajo que irán elaborando el texto de la Constitución", añadió Hernández, durante un receso de la maratoniana sesión que los asambleístas de Alianza País mantuvieron hoy en la ciudad portuaria de Manta, a unos quince kilómetros de Montecristi.

Sin embargo, dijo que no se puede pensar que la suma simple de los resultados de las mesas de trabajo y precisó que "luego se necesitará una mirada sistémica, que pueda ir interrelacionando cada una de las mesas".

Lo que se busca es tener "un producto final articulado y coherente con los objetivos de la revolución ciudadana", subrayó Hernández.

Ese objetivo es el que ha llevado a los grupos de oposición de derechas a protestar e, incluso, a unos de sus líderes, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, a amenazar con desconocer las resoluciones de la Constituyente que considere nocivas para el país.

Para Hernández, la posición de Nebot, "es el espíritu antidemocrático que siempre han tenido los grupos de poder, la oligarquía que siempre ha buscado tener un Estado al servicio de sus intereses".

Además considera que esa posición obedece a una actitud de temor de los grupos de derechas frente a los cambios que "exige el pueblo", pero que también se ha traducido en una arremetida de esos sectores para "imprimir el miedo en la sociedad".

"Creo que la sociedad ecuatoriana ha profundizado sus valores democráticos, cívicos, que están asociados a una profunda voluntad de elaborar una Constitución que puedan hacer suya todos los ecuatorianos", apostilló Hernández.