Este artículo se publicó hace 17 años.
Aliñe su ensalada con copos de oro de 22 quilates
Estas Navidades aliñe usted las ensaladas con virutas de oro de 22 quilates y podrá lucirse, brillar ante sus invitados y resplandecer a un precio que, tal como está el mercado, no le arruinará.
Sofisticado, ¿no?. La empresa riojana Aurum XXIV, especializada en la elaboración de productos cuyo componente principal es el oro, se ha asociado con Vega Mayor, firma que comercializa ensaladas envasadas, para lanzar un aderezo novedoso: el oro comestible.
El producto, desarrollado en exclusiva para los supermercados de unos conocidos grandes almacenes, se vende en cajitas transparentes que contienen sesenta miligramos de áureos copos cada una, informó a EFE el fabricante.
Las virutas se obtienen mediante una sofisticada técnica -todo aquí es sofisticado- que multiplica mágicamente el volumen respecto al peso, de forma que los sesenta miligramos de oro se convierten en un montoncito de virutas mayor de lo que por su peso cabría imaginar.
El oro es un metal noble -¿también vil?- que, según la legislación, es un producto comestible y por tanto puede utilizarse legalmente como condimento, según afirmaron en la empresa.
Es de sobra conocido por los arqueólogos que en el Antiguo Egipto el oro se utilizaba como condimento y que también se usaba en Oriente, donde se asocia a la buena suerte y a la felicidad.
Además, según antiguas creencias populares, utilizar el oro como condimento -comer oro se nos antoja excesivo- limpia el aura de los comensales y mejora la imagen personal del personal, asunto nada baladí en estos tiempos dominados por la cultura mediática.
Nuestros "chefs" más consagrados, aquellos que llevan la experimentación a sus cocinas, también utilizan el oro para sus platos más innovadores, y es precisamente la empresa riojana la que les suministra los copos áureos.
¿Recuerdan la leyenda de El Dorado? Cuentan que los habitantes de aquel mítico lugar estaban sometidos a una dieta en la que el oro era inevitable -agua, tierra y aire estaban impregnados del metal amarillo- por lo que su piel brillaba como el sol.
Y es que el cuerpo humano elimina el oro/alimento por el sudor -también por otras vías más prosaicas- por lo que millones de ínfimas partículas metálicas amarillas aparecían sobre la piel de los habitantes de aquel país ignoto y les daba un aire de dioses.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.