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El Alonso Cano más polifacético se descubre en un recorrido por su obra

EFE

Pintor, escultor, arquitecto y grabador son algunas de las facetas de Alonso Cano que reúne la exposición "Alonso Cano en el legado Gómez-Moreno", que además de mostrar cuatro piezas autógrafas del artista pretende trazar, con un amplio archivo documental, una interpretación histórica de su obra.

Desde hoy y hasta el 30 de agosto, la Sala de Bóvedas de Conde Duque da a conocer dos esculturas y dos lienzos que los herederos de Manuel Gómez-Moreno Martínez, investigador y coleccionista de la obra de Cano, cedieron a la Fundación Rodríguez-Acosta de Granada, ciudad natal del artista.

La muestra comienza con una sala que presenta a la familia de historiadores del arte Gómez Moreno, con la primera monografía del artista, realizada por Manuel Gómez-Moreno González en 1867.

Esta investigación "pone en duda lo que contaban los historiadores antiguos", puesto que hasta esa fecha "se había mantenido la figura de Cano en la leyenda, por la vida tormentosa que tuvo", ha explicado hoy el comisario de la muestra, Javier Moya.

El investigador siguió, fiel a los métodos positivistas, los pasos de Cano año por año, una ardua tarea que le llevó a identificar la casa donde el artista vivió sus últimos años y murió.

Además de esculturas, retratos y escritos de otros investigadores de Alonso Cano -como Manuel Martínez Chumillas o el norteamericano Harold E. Wethey- la sala recupera fotografías del estudio en el que se pueden ver las obras de Cano, "unas piezas que han pasado casi todo el siglo XX en Madrid y que nunca se habían visto", según Moya.

"Tras los pasos del maestro", la segunda sala, recoge atribuciones que se hicieron a Cano y que se han ido adjudicando a otros artistas y otros lienzos y esculturas que siguieron la impronta de Cano.

Destaca una copia fragmentada de la traza de Cano para la fachada de la catedral de Granada, creada sólo cuatro meses después de su muerte, pero en la que se aprecian los detalles decorativos diseñados por Cano, "con un sistema constructivo muy novedoso", matiza Moya, y dibujados "en lo que podría ser un papel de calco de la época".

La muestra culmina con la exposición de las cuatro obras autógrafas, cuya calidad se ha visto reforzada por la reciente restauración de estas piezas.

El lienzo "Milagro de Santo Domingo en Soriano" (1652-1667) es una imagen de "la unión con lo sobrenatural" en la obra de Cano, "que se eleva a la máxima potencia" con la escultura "San Diego de Alcalá", de madera policromada, según el comisario.

Además de recuperar un ejemplar de "El parnaso español y musas castellanas", de Quevedo y con grabados de Cano, la sala se completa con "San Antonio de Padua con el Niño Jesús" y el pequeño lienzo "Circuncisión del Niño Jesús", un boceto preparatorio para un cuadro de mayor tamaño que se encuentra en la Iglesia de la Magdalena de Getafe.

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