Este artículo se publicó hace 15 años.
El último alunizaje del joven Ricardo
Detenido uno de los mayores expertos en robar tiendas tras empotrar un
coche en el escaparate
A sus 22 años, Ricardo Gabarre Jiménez era ya un viejo conocido de la Policía con dos reclamaciones judiciales a sus espaldas y un rosario de antecedentes que se remontan a cuando era menor de edad. Pese a su juventud, su captura se había convertido en una de los grandes objetivos de la Policía madrileña porque Ricardo, más conocido como Cadur, el nombre del primer bar que asaltó, era considerado el rey del alunizaje, esa contundente manera de robar que consiste en empotrar un coche en el escaparate de un tienda para llevarse todo lo que se encuentre en su interior.
Pese a su juventud, su captura se había convertido en una de los grandes objetivos de la Policía madrileña
Desde el pasado mes de agosto, Ricardo y sus compinches son los presuntos autores de una treintena de este tipo de delitos. Perfumerías, concesionarios de coches, peleterías... eran sus víctimas. "Trabajaba por encargo. Otros individuos le pedían cierta mercancía y él se encargaba de robarla", señala uno de los agentes que ha seguido su pista.
Su forma de actuar era siempre muy parecida. Iba a altas horas de la madrugada con los otros miembros de su banda al establecimiento elegido a bordo de dos vehículos. Con uno, forzaban el escaparate estrellándolo contra él. El segundo, siempre de gran cilindrada, lo utilizaban para cargar lo robado y huir.
Un as al volante sin carné
Y todo ello lo hacía acompañado de gran violencia y mucha destreza al volante. "Y ni siquiera tiene carné de conducir", asegura un veterano agente. De hecho, sus escapadas a toda velocidad y en dirección contraria por las calles de Madrid habían sido grabadas en varias ocasiones por las cámaras que controlan el tráfico en la capital.
Sin embargo, su carrera empezó a torcerse el pasado mes de octubre. Entonces, el Grupo XXI de la Brigada Provincia de Madrid detuvo a los siete integrantes de su banda en la operación Banzai. Pero Ricardo tuvo suerte. Cuando la Policía fue a capturarlo a su escondite, ya había huido.
La Policía le adjudica 27 delitos en los últimos tres meses
Desde entonces, se ocultaba en un piso en la localidad toledana de Yeles y tomaba extremas medidas de seguridad. Salía poco a la calle y, para asegurarse que no lo vigilaban, siempre mandaba por delante a algún integrante de la nueva banda que había organizado.
Lo que no dejó de hacer en este tiempo fue delinquir. La Policía le adjudica 27 delitos en los últimos tres meses. Nuevas muescas en el ya largo historial del que la Policía considera, pese a su juventud, uno de los mayores expertos en alunizajes.
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