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Amy Adams, una princesa de Disney en "Encantada. La historia de Giselle"

EFE

La actriz Amy Adams se convierte en una auténtica princesa de cuento de Disney en "Encantada. La historia de Giselle", la nueva película de la factoría en la que comparte protagonismo con Susan Sarandon, James Marsden y Patrick Dempsey, y que llegará a los cines el próximo viernes.

En "Encantada. La historia de Giselle", Amy Adams interpreta a una princesa de cuento de hadas, un papel para el que se ha inspirado "en el resto de heroínas de Disney y en Audrey Hepburn", según explica la actriz en una entrevista con EFE.

Después de ser candidata al Oscar en el año 2006 por su papel en la comedia "Junebug", Adams repite en esta ocasión con su faceta más cómica, un registro que, a pesar de que no se considere graciosa, le gusta porque "hay pocas mujeres que hagan comedia".

En "Encantada. La historia de Giselle", Adams es al principio de la película una princesa de dibujos animados que vive en un hermoso reino con animales que hablan y que, antes de casarse con su amado príncipe -James Marsden-, su futura suegra le tira por un abismo que va a parar a una alcantarilla del centro de Manhattan, en donde Giselle, ahora una chica de verdad con el cuerpo y rostro de Amy Adams, tendrá que enfrentarse a la vida real del siglo XXI.

La actriz reconoce que cuando vio por primera vez su figura reconvertida en dibujo animado, le impresionó el trabajo de los dibujantes porque "recreaban perfectamente" los movimientos de su cuerpo y de su forma de hablar, aunque le dio pena "no ser tan perfecta como Giselle y no tener esa 'cinturita'".

El director del filme, Kevin Lima, ha rescatado la animación 2D para su filme, una decisión que Adams considera "idónea" porque "el trazo humano siempre es mucho más cercano".

"Habría que hacer más películas en 2D, porque tienen una magia especial", asegura Adams, que está "muy ilusionada" porque Disney esté realizando el filme "The frog princess" en este formato clásico, un filme que, "por supuesto", irá a ver.

El hecho de que Giselle se convierta en un hada de carne y hueso, obligó a Adams a rodar con un traje de princesa "que es divino", según la actriz, para un personaje que ha sido "de los más difíciles" de su carrera porque, además, tiene que bailar y cantar.

La actriz había trabajado con anterioridad en varios musicales en teatro, pero reconoce que nunca imaginó lo duro que podía ser "protagonizar un musical para cine", ya que mientras en el teatro bailaba y cantaba tres horas, el rodaje "se convirtió en estar interpretando 15 horas al día a lo largo de cuatro meses".

También le resultó difícil algunos de los matices de su personaje "que es inocente al principio, porque es insegura, y a lo largo de la película tiene que ir enfrentándose a un nuevo mundo, por lo que el personaje también crece".

Aunque lo más difícil de este proyecto fue, sin duda, el primer día de rodaje, donde tuvo que grabar una escena en bikini, algo que le daba "tanta vergüenza" que le dio por reirse durante horas. "Lo recuerdo como un día muy divertido, aunque la situación no es que fuera muy graciosa".

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