Este artículo se publicó hace 14 años.
ANÁLISIS-La tensión en el Sáhara mina el esfuerzo antiterrorista
Por Richard Valdmanis
La capacidad de cooperación militar contra las células de Al Qaeda en el norte de África se ha visto minada por un golpe de Estado en Níger el mes pasado y por las tensiones crecientes entre gobiernos en la región.
Cualquier daño en la coordinación podría permitir al grupo profundizar sus raíces en una zona rica en energía y depósitos minerales codiciada por las firmas internacionales y puede reducir los necesarios ingresos turísticos, dijeron los analistas.
"La actual situación ciertamente parece que ha hecho desvanecer el optimismo de mediados de 2009, cuando se habló mucho de cooperación regional multilateral", dijo Jeremy Binnie, experto en seguridad de Jane's Defense en Washington.
Grupos de soldados entraron en el palacio presidencial de Níger el mes pasado, derrocando al presidente Mamadu Tandja y a su gobierno. El golpe probablemente retrase la reanudación de la ayuda militar a Níger, que había sido suspendida por las quejas de que Tandja había ampliado su cargo el año pasado.
cuando accedió a liberar a cuatro presos islamistas a cambio de la puesta en libertad de un cooperante francés.
"Hay una posibilidad reducida de cooperación en el Sáhara ahora", dijo Geoff Porter, analista en África del Grupo Eurasia.
"Hay una cantidad tremenda de desconfianza en la región y estos últimos hechos sólo hacen que empeorarlo", añadió.
REFUGIO DE AL QAEDA
conocido como Al Qaeda en el Magreb Islámico o AQMI - surgió en 2007 a partir del Grupo Salafista para la Liberación y el Combate, que llevó a cabo una campaña de atentados suicidas y emboscadas en Argelia durante los años 90.
Sus primeras operaciones tuvieron como objetivo el Ejército argelino y organizaciones internacionales del país.
usando la zona escasamente poblada y políticamente volátil como refugio seguro para sus operaciones de secuestros y tráfico de drogas.
"AQMI puede intentar explotar algo de su espacio de maniobras como resultado de las frustraciones que los gobiernos de la región del Sahel tienen unos con otros", dijo Mark Shroeder, analista de África en Stratford.
"Pero esto será atemperado por el hecho de que estos gobiernos no recortarán sus posturas de seguridad individuales hacia AQMI", dijo.
Estados Unidos y los países europeos han estado intentando mejorar la capacidad de los estados saharianos para trabajar juntos en la lucha contra Al Qaeda, que los analistas dijeron que podría suponer un riesgo para la inversión de recursos a largo plazo.
"Estos estados están muy divididos. A menos que trabajen juntos, va a ver demasiado espacio sin gobernar", dijo un diplomático occidental con sede en la región.
Níger, por ejemplo, ha atraído miles de millones de dólares en inversión de compañías como la minera de uranio Areva y el gigante de la energía China National Petroleum, mientras que Mauritania tiene esperanzas en que firmas perforadoras occidentales como Total encuentren depósitos de crudo.
"Las compañías pueden verse desalentadas a la hora de perseguir proyectos si existe la percepción de que hay un riesgo alto", dijo Porter, de Eurasia.
La capacidad de las naciones occidentales de cubrir cualquier hueco de seguridad en el Sáhara por las tensiones diplomáticas regionales puede verse minada por la desconfianza creciente entre ellos y los países norteafricanos.
Argelia, destacada figura regional contra el terrorismo, ha acusado a Francia de orquestar el intercambio de prisioneros de Mali para salvar al rehén Pierre Camatte, y ha resistido también la presión occidental para perseguir a AQMI más allá de sus fronteras.
"La forma en que el rehén francés ha sido puesto en libertad es un revés peligroso en la lucha contra Al Qaeda en el Sahel", dijo el coronel retirado Ahmed Adimi a la televisión argelina. "La visita de (el presidente francés, Nicolas) Sarkozy a Mali es en sí misma una victoria para Al Qaeda", añadió.
La posibilidad de un incremento en la actividad de Al Qaeda en el Sáhara podría dañar los ingresos por turismo en lugares como Níger y Mali que, según la Organización Mundial del Comercio, dependen del turismo para más del 4 por ciento de sus respectivos PIB.
"Las cifras en dólares son bastante insignificantes, por como porcentaje del PIB es extremadamente alto", dijo Porter.
Los tuareg, activos en Níger y Mali, han comenzado a cooperar con células de Al Qaeda en los últimos meses porque pueden hacer más dinero a través de los rescates y tráfico de drogas que el que pueden obtener de sus parte de ingresos por turismo, según expertos en seguridad.
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