Este artículo se publicó hace 16 años.
Un 6% de los ancianos sufren maltrato
El síndrome de la abuela 'esclava' y el de Diógenes son realidades cada vez más comunes
En el momento en que a una persona mayor se la deja de tratar de usted o se le da cachetes en la mejilla fuera del ámbito familiar es que algo no funciona. Con este ejemplo, el director del Curso Sobre Violencia Doméstica: Malos Tratos a las Personas Mayores, Joan Creixell, explicaba cómo, muchas veces, la sociedad falta al respeto y a la dignidad de sus mayores. Y de la falta de respeto, a la negligencia y, en ocasiones, a los malos tratos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 6% de los ancianos sufre malos tratos y la Red Internacional para la Prevención de los Malos Tratos a las Personas Mayores estima en un 5% las situaciones de violencia dentro del ámbito familiar y en un 10% en las instituciones.
Sin embargo, estos datos sólo son estimaciones a la baja: "Por cada caso de malos tratos que se detecta y se denuncia, hay 14 que ni se detectan ni se denuncian", decía ayer Creixell.
Cambiar rutinasUno de los objetivos del curso es que los profesionales sanitarios vayan tomando conciencia de la precariedad que muchas veces rodea a los ancianos. Según Creixell, la situación en el ámbito sanitario aún está muy verde y los recursos que destina la Administración son escasos, a pesar de que la problemática no remite, sino todo lo contrario.
Un ejemplo de este aumento es el número de personas que padece síndrome de Diógenes. Hasta hace poco, eran consideradas casos aislados, ya no. Y lo mismo sucede con el síndrome de la abuela esclava. "Durante el invierno, por las tardes, hay un bajón en el centro, deben cuidar a los nietos", dice Josep Puigverd, del Casal de la Gent Gran de Mataró, quien explica que la gente mayor se queja porque "tienen mucha exigencia por parte de los hijos".
Creixell cuenta que con los ancianos sucede como con las mujeres maltratadas, muchas veces ni saben que están inmersos en una situación de violencia, ya sea física o psíquica. Y cuando sí lo saben, a menudo no quieren denunciar. "Son víctimas que dependen mucho de su agresor".
En cuanto al perfil de la víctima, suele corresponder a una persona de edad muy avanzada y que en el pasado estaba sana. Es decir, la aparición repentina de la enfermedad puede conllevar malos tratos por parte de la familia. Otro factor a tener en cuenta es el dinero. Los estudios dicen que los ancianos con muy pocos recursos económicos y los que, por el contrario, tienen ahorros significativos, son susceptibles de sufrir violencia.
De los agresores, se sabe menos, pero en ocasiones se trata de personas que se sien ten sobrepasadas por la responsabilidad de cuidar al enfermo. Lo que sí está claro es que una sociedad que no cuida de sus ancianos es una sociedad en la que algo no muy bueno está pasando.
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