Este artículo se publicó hace 16 años.
Anna Gavalda avanza que un empresario en crisis protagonizará su próxima novela
Un empresario honesto, buena persona y en plena crisis moral por el cierre de su fábrica es el protagonista de la novela epistolar que está escribiendo la francesa más leída en el mundo, Anna Gavalda, según ha explicado hoy ella misma en Barcelona, durante un encuentro con periodistas.
Reacia a conceder entrevistas y a participar en ruedas de prensa, la escritora prefiere el contacto directo con sus lectores, lo que hará esta tarde en un centro comercial barcelonés, aunque esta mañana no ha rehuido ninguna de las preguntas que se le han hecho, y tampoco tiene ningún reparo "en hablar -ha dicho- de lo que tengo ahora en la cabeza".
En este sentido, ha avanzado que hace ya meses, antes de la explosión de la crisis económica mundial, empezó a plantearse la posibilidad de que fuera un empresario el protagonista de su nuevo trabajo, alguien que se ve en la tesitura de cerrar una empresa, aunque no estaba inicialmente preparado para esa labor.
Es este hombre el que escribirá una serie de cartas a su mujer, no correos electrónicos, según ha precisado, aunque ella nunca llegará a leerlas.
En pleno proceso de documentación, Gavalda, "tan mala en matemáticas", advierte, y tan "incapaz de dar una orden coherente", está modelando este personaje e insuflándole oxígeno para que empiece a andar solo, como ya lo han hecho su Anouk y su Charles Balanda, de "El consuelo", su última novela, de la que ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo, publicada por Seix Barral en castellano y en catalán por Edicions 62.
"Supongo -ha opinado hoy- que los diarios de izquierdas cargarán contra mi nueva propuesta, aunque no sé si la izquierda sigue existiendo hoy en Francia", ha apostillado.
Como ya ha aseverado en otras ocasiones, Gavalda, a sus 38 años y autora de obras como "Juntos, nada más", llevada al cine, y de "La amaba", cuya versión cinematográfica está en preparación, es partidaria de curiosear siempre en todos los ámbitos y ha subrayado que "la curiosidad intelectual es la mejor crema regeneradora".
Sin embargo, ha reconocido que todas las personas "tenemos un límite" y ha dicho que el suyo, a nivel literario, y por el momento, son los adolescentes.
Así, ha indicado que tiene muchas ganas de meterse en la piel de uno de ellos y escribir "desde ahí". "No sé si seré capaz, porque yo no he vivido esa etapa y pasé a la edad adulta desde la infancia, sin transición", ha comentado.
La única manera de transformarse en uno de esos jóvenes chavales egocéntricos que pivotan sobre sí mismos, y escarbar en su alma sería, en su opinión: "entrar en su teléfono móvil y decirle que es para escribir un libro, con lo que él me miraría de forma extraña y me preguntaría, ¿para qué?".
Respecto a las críticas que reciben sus novelas, en las que en ocasiones se le reprocha que sus finales tengan siempre un toque positivo, mantiene Gavalda que la crítica francesa ha sido "en algunos momentos dura" con ella, "de la misma manera -añade- que uno es más permisivo con los niños de los otros que con los suyos propios".
De todas formas, ha precisado que nunca, y "no por menosprecio", ha llegado a leer una crítica hasta el final. "Quizá -ha advertido- porque soy extremadamente sensible".
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