El ex secretario general de la ONU y mediador en la crisis de Kenia, Kofi Annan, suspendió hoy las negociaciones entre el gobierno y la oposición, decepcionado con la clase política local por la falta de avances en el diálogo.

Visiblemente irritado, Annan decidió suspender las negociaciones después de que el Gobierno y el opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM) no llegaran hoy a un acuerdo en temas claves para resolver la crisis que arrastra el país desde diciembre pasado.

El mediador anunció en una rueda de prensa que, por segunda vez esta semana, volverá a reunirse con el presidente Mwai Kibaki y con el jefe de filas de la oposición, Raila Odinga, para intentar superar el estancamiento de las negociaciones.

El ex secretario general de la ONU dijo estar "decepcionado por la actitud de la clase política" e insistió en la necesidad de tomar decisiones con celeridad "por el bien del país y de la región".

Annan culpó del estancamiento actual a los dos líderes, Kibaki y Odinga, y los acusó de "esconderse detrás de sus equipos de negociadores".

El ex secretario general de la ONU insistió en que son ellos dos quienes "deben aceptar sus responsabilidades y alcanzar un consenso político para que la población no sufra más".

Annan también señaló que el estancamiento de las conversaciones afecta a la economía del país y de toda la región.

Desde el pasado 31 de enero, representantes del Gobierno y la oposición conversan para cerrar la crisis que estalló a raíz de las elecciones del pasado 27 de diciembre, en las que fue reelegido Kibaki, aunque la oposición asegura que fue gracias al fraude.

Los disturbios políticos y tribales que se han sucedido desde entonces han causado 1.500 muertos, según los últimos datos oficiales, y más de 400.000 desplazados.

En sus declaraciones, Annan lamentó que el punto tres de su hoja de ruta, que se refiere a la resolución de la crisis mediante un reparto de poderes, "podría haberse solucionado hace dos semanas si los políticos no pensaran en intereses personales".

Annan precisó que las negociaciones no están rotas, pero pidió rapidez de decisiones debido a la naturaleza de la crisis.

"Vivimos un momento extraordinariamente difícil y me da la impresión de que no todos han entendido la gravedad del momento", afirmó el ex secretario general de la ONU.

Las declaraciones de Annan, a las puertas del hotel de Nairobi donde se llevan a cabo las negociaciones, coincidió con un comunicado de prensa de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, donde mostró su disgusto y amenazó a la clase política con sanciones por no haber resuelto el conflicto.

"La semana pasada el presidente Kibaki y Raila Odinga me aseguraron su determinación y compromiso para elaborar una estructura de reparto de poderes para gobernar el país", dijo Rice en el comunicado difundido en esta capital.

"Pese a haber realizado algún progreso -añadió-, estoy decepcionada por el fracaso del liderazgo necesario para solventar los problemas pendientes".

Agregó que "no hay excusas que justifiquen semejante retraso", apoyó de nuevo la gestión de Annan y lanzó una advertencia a los políticos kenianos.

"Quiero enfatizar que el futuro de nuestras relaciones con Kenia dependerá del grado de cooperación a la hora de superar la crisis. Para ello estamos explorando un abanico de medidas que podríamos adoptar en caso contrario", dijo Rice.

El comunicado de Rice también indicó que EE.UU determinará quiénes son los responsables de la ausencia de progreso y reaccionará al respecto.

El clima político keniano puede empeorarse si la oposición cumple su amenaza de salir a las calles el próximo jueves con el fin de presionar para que se aprueben las reformas constitucionales que fueron delineadas hace dos semanas en este mismo diálogo.

Las marchas estaban inicialmente programadas para el miércoles, pero la oposición las postergó hasta un día después porque necesitaba pedir permiso a la policía con tres días de anticipación, trámite que se cumplió el pasado lunes.