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"En los años difíciles llegué a dudar desi valía para esto"

Campeón del Mundo de 125cc. Le costó aceptar la rebaja de categoría. Un año después disfruta de su decisión

MIGUEL ALBA

Ahora sonríe, pero hace un año Julián Simón (Villacañas, Toledo, 1987) acabó el Mundial replanteándose su vida. Salir del montón en 250 cc suponía una oportunidad con trampa.

Se acaba un año

Que no tenía que acabar. Un año en el que he alcanzado mi madurez mental y eso me puede aportar grandes cosas en mi carrera deportiva.

¿Como el Mundial en Moto2?

Ese es mi reto para el próximo año. Sé que la exigencia, a partir de ahora, será máxima para Julito Simón.

¿Le incomoda ese peaje?

No. Desde el inicio de esta temporada he sentido una presión similar porque todo el mundo me señalaba como el principal candidato al título.

¿Y cómo se gestiona esa exigencia?

En mi caso con rabia. Fue mi reacción a tener que cambiar de categoría. Si había aceptado bajar a 125 cc, no era para estar entre los diez primeros, era para ganar y volver a recuperar mi antiguo status. Afortunadamente, enseguida le cogí el rollo a la moto y empecé a trabajar la mente.

¿Y ahí es donde apareció la rabia?

Pues sí, porque no paraba de repetirme que tenía ser capaz de ganar, de tirar para adelante y de ser campeón del Mundo. Sabía lo que me jugaba. Era consciente de que si me quedaba sin el título se complicaría mucho mi futuro en esto.

¿Llegó a dudar de su capacidad como piloto?

Siempre que sufres años difíciles, las dudas aparecen por todas partes. Dudas de tu capacidad como piloto, de tu calidad, de si vales para esto. Una dinámica que sólo desaparece con las victorias.

¿Qué aporta ganar?

Especialmente, tranquilidad.

Pensé que diría confianza.

La confianza va ligada a la tranquilidad. En mi caso, ambas cosas me han aportado una fortaleza mental que es complicado que la pierda porque sé que puedo conseguir algo grande, sé cómo hacerlo y es una experiencia que me servirá para volver a repetirlo con cualquier moto.

¿Tanto ha cambiado de cabeza?

Absolutamente. Ahora sé como enfrentarme a mí mismo y a mis miedos. He superado el cambio de categoría, porque yo no quería la moto de 125 cc. Pero esa negativa inicial se transformó en sacrificio mediante el respeto hacia la categoría pequeña.

¿Por qué ese miedo al cambio?

Porque si no lo hacía bien sería como el inicio del fin. Empecé a temer que podía estar al borde de mi fracaso deportivo. Sin embargo, cuando tuve que firmar el contrato con el equipo de Jorge (Martínez Aspar) tenía claro que quería bajar porque era la mejor opción ya que me ponía la moto que es la referencia de la categoría. Era la primera vez que podía luchar por el título con garantías. Me resultó difícil aceptar la vuelta a 125 cc, pero luego, cuando valoras todas las opciones, te das cuenta de que más que un paso atrás, es uno adelante.

¿Con 22 años llegó a sentirse mayor ante la chiquillería del 125 cc?

Más que mayor, te das cuenta de que tienes que volver a la pelea del adelantamiento en cada curva. En 125 cc, no es para nada fácil ganar una carrera. Hay muchos pilotos que están al mismo ritmo que tú y las motos son tan ligeras que permiten adelantar en muchos puntos. Esa pelea cuerpo a cuerpo de 125 cc, me ha hecho crecer mucho. El esfuerzo me ha hecho ser mucho mejor piloto.

Tanto como para acortar las distancias con pilotos de su generación como Pedrosa, Lorenzo o Stoner.

Sí, efectivamente. Con ellos he compartido grandes años en los que han estado a un nivel mucho mayor que yo. Pienso que mi nivel siempre ha sido muy alto y muy bueno, pero no acababa de conseguir esos resultados que todos esperábamos. El proyecto para el próximo año en Moto2 (la nueva categoría que sustituirá a 250 cc) es muy bueno, serio y si tengo grandes resultados cada vez estaré más cerca de llegar a MotoGP, para estar junto a todos esos grandes nombres.

Y Rossi.

Sin duda. Para mí, el mejor.

¿Le ha dado algún consejo el italiano?

Apenas hemos coincidido en una rueda de prensa este año. Fue en Malasia y tuve la suerte de recibir su felicitación, de que me diera su mano.

Habla más como un aficionado del Fan Club (la comunidad amarilla de Rossi) que como un piloto.

Es que Valentino está a otro nivel. Le he visto hacer cosas que nunca podía imaginar.

Como ver todas las salidas de 125 cc desde el muro. ¿Uno llega a sentirle?

En ese momento, sólo siento la moto. Estoy a lo mío porque Valentino no me va a ayudar a ganar.

¿Le gustaría llegar a tiempo a MotoGP para poder enfrentarse a él?

Ese es uno de mis objetivos. Pero sé que una cosa es correr en MotoGP y otra enfrentarse a él. Para ello necesitas una buena moto y una buena formación como piloto. Yo ando ahí todavía. Necesito saber hacer mejor las carreras.

¿Para no equivocarse?

Imagino que lo dice por el error de Montmeló (Simón celebró el triunfo a falta de una vuelta al despistarse con el marcador de vueltas).

¿Le han vacilado mucho por aquello?

Tampoco demasiado, la verdad. Aunque las veces que mis amigos lo han hecho, nos hemos reído muchísimo del fallo. Si me hubieran hecho falta esos puntos, lo mismo no me habría reído tanto.

¿Qué espera del futuro?

Tener una moto competitiva en Moto2.

¿Cree que sirve de algo cambiar de categoría como número uno?

Sin duda. El resto te respeta más y, personalmente, me hubiera sentido vacío.

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