Este artículo se publicó hace 15 años.
Ciertos antibióticos elevarían el riesgo de defectos congénitos
Por Anne Harding
Algunos antibióticos para lasinfecciones urinarias en el embarazo elevarían el riesgo demalformaciones congénitas cuando se usan en los primeros mesesde gestación, publicó Archives of Pediatrics & AdolescentMedicine.
Los autores hallaron un aumento del riesgo en dos tipos deantibióticos: la sulfonamida (como Bactrim) y lanitrofurantoína (como Macrobid). No obstante, los fármacos quese les suelen indicar a las embarazadas -penicilinas yeritromicinas- fueron seguras.
"La mayoría de los antibióticos de uso común no estaríanasociados con la mayoría de los defectos congénitosestudiados", dijo a Reuters Health la coautora del estudio,doctora Krista S. Crider, de los Centros para el Control y laPrevención de Enfermedades de Estados Unidos.
"Eso debería ayudar a las embarazadas y al sistema desalud a tomar decisiones sobre el tratamiento de lasinfecciones en el embarazo", agregó.
Las infecciones de origen bacteriano pueden serextremadamente peligrosas para las embarazadas y el feto, y nodeberían permanecer sin tratar, indicó el equipo. Pero, hastaahora, no se hicieron estudios grandes sobre la seguridad delos antibióticos en la gestación.
Para investigarlo, los autores analizaron el uso de seistipos de antibióticos en más de 13.000 mujeres que tuvieronbebés con por lo menos alguno de los 30 defectos congénitos másimportantes y en otras 5.000 con hijos sin esas malformaciones(grupo de control).
El 30 por ciento de las mujeres en cada grupo usó unantibiótico en algún momento del embarazo o durante los tresmeses previos.
Pero al equipo le interesó el mes previo al embarazo y elprimer trimestre de gestación, que es un período crítico deldesarrollo fetal. El 14 por ciento de las mujeres con hijos condefectos congénitos y el 13 por ciento de las mujeres del grupode control habían usado un antibiótico en ese período.
Las sulfonamidas estuvieron asociadas con seis defectoscongénitos distintos y las nitrofurantoínas, con cuatromalformaciones. Otras clases de antibióticos estuvieronasociados con uno o dos defectos.
Crider dijo que esos resultados no deberían preocupar a lasmujeres que necesitan esos fármacos. Por ejemplo, hubo unas1.000 mujeres que habían tomado penicilina y cuatro tuvieron unbebé con el defecto congénito asociado. "Es una proporción muybaja", indicó el equipo.
"Es importante saber que por cada embarazo, sin importar dequé fármaco se hable, existe un 3 por ciento de probabilidad deque el bebé desarrolle una malformación. Muchos de los defectosque estudiamos eran muy raros", agregó Crider.
Por ejemplo, una anormalidad cardíaca grave llamadasíndrome del corazón izquierdo hipoplásico, que fue tres vecesmás común en las usuarias de sulfonamidas y cuatro veces en lasconsumidoras de nitrofurantoínas, ocurre en 1 de cada 4.200nacimientos, dijo la investigadora.
Aunque ese riesgo se triplique, explicó Crider, sería 1cado por cada 1.400 bebés.
Según la autora, se necesitan más estudios antes derealizar alguna recomendación sobre la seguridad de losantibióticos en el embarazo.
FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,noviembre del 2009
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