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Los antisistema asaltan la cumbre

Cientos de anticapitalistas preparan para hoy un ataque «pacífico» a la sede de la conferencia de la ONU

MANUEL ANSEDE

Los movimientos anticapitalistas intentarán reventar hoy la cumbre del clima de Copenhague, coincidiendo con la llegada de los primeros jefes de Estado y de Gobierno. Las organizaciones antisistema presentes en la capital danesa, agrupadas en la plataforma Climate Justice Action (CJA), se reunieron ayer en los muelles de la ciudad para organizar un ataque 'pacífico' al Bella Center, el centro de convenciones que acoge la negociación para obtener un nuevo protocolo de reducción de emisiones de CO2.

El objetivo de los activistas, que protagonizaron las manifestaciones del fin de semana en las que hubo más de un millar de detenidos, es tomar el edificio y convertir la cumbre en una 'asamblea popular' durante unas horas. Los manifestantes marcharán desde varios puntos de la ciudad hasta el Bella Center y tratarán de burlar el cordón policial desde varios flancos,a partir de las 10 de la mañana.

Los activistas quieren tomar el edificio y convertir la reunión en una

Al mismo tiempo, algunos activistas acreditados en la cumbre como miembros de ONG ecologistas, agrarias o indigenistas, e incluso delegados de países en desarrollo intentarán bloquear las sesiones desde dentro, para 'decir basta a 15 años de negociaciones sin ninguna solución real a la crisis climática', dice la CJA en una nota para los activistas.

La Policía danesa se ha tomado muy en serio la convocatoria y, en las últimas horas, ha intentado limpiar la ciudad. En la madrugada del martes, las fuerzas de seguridad irrumpieron en el barrio autogestionado de Christiania, unos antiguos cuarteles militares ocupados desde 1971, y detuvieron a unas 200 personas. Horas después, la Policía detuvo a uno de los portavoces del Climate Justice Action, el alemán Tadzio Mueller, en una maniobra que se interpreta como un intento de descabezar el asalto de hoy a la cumbre del clima.

Los residentes de Christiania se quejan de los disturbios en el barrio: 'Parecía Gaza'

Ayer, en el barrio de Christiania, la tensión era evidente. En las casas comunales, según fuentes policiales consultadas por la prensa local, se refugian los activistas llegados de varios puntos de Europa para la cumbre. Las asociaciones del barrio autogestionado, que presume de albergar '1.000 habitantes y 400 perros' al margen de las leyes danesas, han organizado una cumbre del clima alternativa, el Climate Bottom Meeting, centrado en temas variopintos. En los folletos de la sede de la contracumbre hay información sobre proyectos de pueblos sostenibles, meditación transcendental e incluso sobre los chemtrails, una teoría de la conspiración que sostiene que aviones sin identificar fumigan las ciudades para propagar enfermedades y controlar el clima. En la madrugada de ayer, la activista antiglobalización Naomi Klein participó en una conferencia antes de que la Policía tomara el barrio y lanzara gases lacrimógenos en el interior de la carpa en la que intervino.

'Aquí somos pacifistas, pero hay activistas violentos llegados de fuera que están utilizando Christiania', opina el realizador danés Nils Vest, uno de los organizadores de la cumbre alternativa. El barrio, efectivamente, está plagado de carteles que anuncian la prohibición de la violencia, de las armas de fuego y de las drogas, salvo la marihuana. Sin embargo, decenas de personas, encapuchadas y embozadas, utilizaron ayer Christiania como escondrijo.

'Nosotros estábamos haciendo una fiesta en la carpa, cuando nos enteramos de que unas pocas personas estaban quemando una barca en la puerta de la comuna', recuerda Ida Hasgaard, con un porro en la mano y un ordenador Macintosh sobre las rodillas, en la trastienda de la sede de la contracumbre. Después, según los testigos, los activistas lanzaron artefactos pirotécnicos a la policía, en una imagen que 'parecía Gaza'. En los enfrentamientos, los encapuchados entraban y salían constantemente de Christiania, cruzando la puerta de la comuna, cuyo cartel de despedida reza: 'Está usted entrando en la Unión Europea'.

Allan Borneeng, un cuarentón con melena rubia que vive en Christiania, acudió ayer a la última sesión de preparación de la marcha de hoy. 'Iré a la protesta, pero no pienso trepar la verja del Bella Center, porque eso no va a cambiar nada', sostiene, mientras hojea un periódico con imágenes de su barrio en llamas.

Ayer, cientos de octavillas recordaban en la comuna el ataque de hoy a la cumbre, con el lema: ¡Reclama el poder! 'Esperamos que los manifestantes sean pacíficos, y también que la Policía se comporte de la misma manera', exhortaban los autores. Mientras, en el canal que rodea Christiania, una lancha motora con ocho agentes patrullaba el entorno de la comuna. Dentro, una decena de encapuchados quemaba leña en bidones de metal bajo una intensa nevada.

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