Este artículo se publicó hace 15 años.
La "antropofagia" de la brasileña Tarsila do Amaral, en la Fundación March
Dos de las pinturas más emblemáticas de la brasileña Tarsila do Amaral, "Antropofagia" y "La Negra", se pueden contemplar en la exposición que la Fundación Juan March dedica a esta artista, una de las máximas figuras de las vanguardias latinoamericanas y emblema del modernismo brasileño.
Ciento ochenta y dos obras forman la primera exposición monográfica que se organiza en España, y la segunda en Europa, dedicada a esta artista que en sus viajes por Europa interiorizó los conceptos que sentarían los principios de la modernidad en América Latina.
Juan Manuel Bonet, comisario de la muestra, ha centrado la selección de pinturas en los años más destacados de la producción artística de la brasileña, desde 1922 hasta 1933, que engloban las corrientes culturales estrechamente relacionadas "Pau Brasil" y la "Antropofagia", de las que fue máxima exponente en pintura.
Las obras de Tarsila, casada durante unos años con Oswaldo de Andrade, uno de los grandes poetas latinoamericanos de la vanguardia y autor del Manifiestos de poesía Pau Brasil (1924) y del Manifiesto antropófago (1928), están contextualizadas en el recorrido de la exposición con obras de otros artistas.
Desde pinturas como "Mujer Tapuia", (1641) o "Naturaleza muerta" (1641-44), ambas de Albert Eckhout, a trabajos de algunas de las más destacadas figuras del modernismo brasileño, como "Figura sentada" (1924) de Vicente do Rego o "Cabeza de mulata" (1927) de Lasar Segall.
Otras piezas, como brazaletes, coronas o máscaras de la Amazonía, contribuyen a recrear una atmósfera brasileña y ambientar una muestra en la que se exhiben también obras sobre papel, revistas y una abundante documentación relacionada con esta artista, autora de una obra diferente al reunir toda la modernidad europea con la cultura popular de su país.
Europa y América, cubismo y tropicalismo, geometría y vegetación, campo y ciudad son algunas de las antítesis sobre las que se fundamenta el trabajo plástico de Tarsila do Amaral,(1886-1973), exótica, sofisticada y cosmopolita que durante sus dos estancias en París se alimentó de las corrientes de la vanguardia europea como una civilizada antropófaga.
De vuelta a su país, la digestión de aquel banquete y el reencuentro con los colores y las formas de su infancia en las tierras del interior del Brasil darían lugar, en torno a 1920, a la época más deslumbrante de su pintura, en la que se centra la exposición.
Figura central del movimiento antropófago, Tarsila do Amaral concilia en su obra lo aprendido en Europa con una mirada al Nuevo Mundo redescubierto, según Juan Manuel Bonet, quien ha confesado que ve cumplido un sueño con la exhibición en Madrid de una monográfica sobre esta pintora que supo asimilar lo mejor de lo europeo y la historia brasileña, creando un nuevo lenguaje.
Su obra, según Bonet, ha sido de lo más importante que ha dado el continente americano a la cultura moderna, como se puede contemplar en pinturas como "La mulata" o "Antropofagia", pieza emblemática del modernismo brasileño que se pueden contemplar en un recorrido en el que también destaca "La familia" (1925) que el Museo Reina Sofía compró en el año 2003,
Manuel Fontán, director de Exposiciones de la Fundación Juan March, ha utilizado una frase de Tarsila do Amaral para definir la exposición: "Nuestra felicidad es irremediable" y ha destacado que a través de ella el público español podrá descubrir a una artista "que en una novela negra sería una especie de agente doble, entre Europa y Brasil".
Aracy Amaral, experta en arte brasileño y en Tarsila do Amaral en particular, ha comentado la dificultad que conllevan exposiciones como la de la Fundación March ya que la obra de Tarsila do Amaral se encuentra principalmente en colecciones privadas "muy reacias a prestarlas, por lo que es todo un éxito haber reunido tantas obras suyas".
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