Este artículo se publicó hace 15 años.
La apertura a los anglicanos podría ayudar a los curas casados
Por Philip Pullella
La decisión del Papa Benedicto XVI de abrir de golpe las puertas del catolicismo a los anglicanos descontentos podría desafiar los siglos de oposición católica al matrimonio de los sacerdotes y podría acercar a la Iglesia a los curas casados.
La apertura anunciada la semana pasada podría llevar hasta a medio millón de fieles anglicanos, algunos de 50 de sus obispos y a miles de sacerdotes anglicanos casados a convertirse al catolicismo.
Los anglicanos conservadores, que se oponen al sacerdocio femenino y a los obispos homosexuales, tienen ahora una estrategia de salida. Tendrán su propio refugio en la Iglesia católica y podrán convertirse como individuos, parroquias e incluso diócesis completas.
No tendrán que prescindir de sus tradiciones católicas y muchos encontrarán que sus nuevas parroquias están dirigidas por ex sacerdotes anglicanos que se convertirán en sacerdotes católicos casados una vez se abracen la nueve fe.
El cardenal William Levada, responsable de la oficina doctrinal de la fe, el puesto que Benedicto XVI desempeñó hasta que fue elegido en 2005, reconoció que el Vaticano tiene que dar explicaciones serias a los grupos que han estado presionando a favor del fin del celibato.
"Creo que para algunas personas parece un problema porque, como saben, ha habido muchos sacerdotes católicos que han abandonado el sacerdocio para casarse y ahora surge la cuestión 'bueno, si estos ex anglicanos pueden ser curas casados, ¿qué pasa con nosotros?'", añadió.
Levada hizo una distinción entre los sacerdotes anglicanos que ya están casados y se convierten al catolicismo y "varones católicos que se comprometen sabiéndolo a un sacerdocio célibe".
MUNICIÓN INCREIBLEMENTE IMPORTANTE
No obstante, Jon O'Brian, presidente del grupo disidente Catholics for Choice (católicos por elección), con sede en EEUU, dijo que la medida es una munición "increíblemente importante" para los partidarios del matrimonio en el sacerdocio.
"Esto va a poner más atención sobre el fracaso de la Iglesia para reclutar nuevos sacerdotes según la normativa vigente. En las parroquias que se vean obligadas a fusionarse, está claro que esto es el talón de Aquiles de la Iglesia", dijo a Reuters desde Washington.
Los sacerdotes tenían permitido casarse durante el primer milenio de la historia de la Iglesia antes de que se adoptase la regla del celibato.
El padre Thomas Reese, del Centro Teológico Woodstock en la Universidad de Georgetown, dijo que a largo plazo la medida de Benedicto XVI puede ser la de "proporcionar a la Iglesia Católica un flujo constante de sacerdotes casados".
"Esto va a ser la prueba empírica de que un sacerdote casado puede trabajar en la Iglesia Católica", dijo a Reuters. "La gente preguntará cuestiones como 'parece agradable, está haciendo un buen trabajo ¿Por qué no podemos tener más de él?".
El Vaticano ha dejado claro que hasta ahora un hombre que haya abandonado el sacerdocio para casarse no puede regresar al seno de la Iglesia, pero no ha quedado aún claro si un católico casado puede ingresar en un seminario anglicano y regresar a la Iglesia Católica como sacerdote casado.
El diablo, o en este caso el ángel, tendrá los detalles de la Constitución Apostólica del pontífice, que aún no se ha publicado.
"Si fuera así, esto podría ser una fuente de sacerdotes para la Iglesia Católica", dijo Reese, añadiendo que el problema de la escasez de curas católicos se podría resolver en una generación.
El arzobispo Augustine Di Noia, uno de los dos dirigentes del Vaticano que explicaron la medida la semana pasada, dijo que el documento papal expondrá claramente la preferencia del Vaticano por el celibato del clero.
¿IGLESIA HIPÓCRITA?
Los críticos han dicho que era una hipocresía de la Iglesia ordenar sacerdotes conversos casados mientras exige a los denominados católicos de cuna hacer una difícil elección entre matrimonio y sacerdocio.
Otros están fascinados por las posibles repercusiones a largo plazo de la iniciativa, particularmente porque cada vez más seminaristas casados y célibes estudian juntos para el sacerdocio.
"Esto realmente nos acerca a un sacerdocio conyugal", dijo O'Brian. "Crea dos clases de sacerdocio y esta tensión llevará presión
No obstante otros, como el reverendo William Franklin, académico del Centro Anglicano de Roma, dijo que tenía dudas sobre el efecto a largo plazo en el sacerdocio católico.
"Es una pista falsa. Todo depende de lo que diga la constitución apostólica del Papa y de cuántas personas se conviertan", dijo Franklin, un sacerdote anglicano casado que enseña en la Universidad Pontificia Angelicum en Roma, a Reuters.
Un punto clave que aún no está claro es si las disposiciones que permiten a ex sacerdotes casados anglicanos formar una nueva rama en la Iglesia Católica se ampliarán a los descendientes varones de los convertidos hoy.
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