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Un argelino con un estómago prodigioso va hacia el Guiness

Reuters

Un argelino que dice que es capaz de comer bombillas, velas, serrín, uñas y más de 1.000 huevos hervidos de una vez quiere entrar en el libro de los récords y ganarse el orgullo de sus compatriotas.

Salim Haini, alias El Akoul (el glotón), descubrió su talento digestivo hace ocho años durante el mes de ayuno del Ramadán, cuando se dio cuenta de que las enormes comidas que hacía tras ponerse el Sol no le saciaban.

Desde entonces su apetito ha aumentado de manera considerable.

"He comido dos barriles de aceite de oliva de una vez, 40 rebanadas de pan, 75 platos de chorba (una sopa argelina)...", explicó Haini a Reuters. "Una vez hasta me comí un cordero entero que pesaba 35 kilos", añadió.

Como la mayoría de jóvenes argelinos, Haini no tiene trabajo y a veces no puede comer en condiciones.

Un antojo al despertarse con hambre le llevó una vez a robar y devorar 50 kilos de lechuga del puesto de verduras de su tío, explicó Karim Rahal, manager de Haini.

Los amigos y familiares de su pueblo, Ain Defla, le sugirieron que aprovechara su apetito para entrar en competición.

"Ahora soy el glotón campeón en 30 wilayas (provincias) del país", explicó Haini. "Si Dios quiere, las autoridades me ayudarán a viajar fuera del país y convertirme en el primer árabe que entre comiendo en el Libro Guiness de los Récords"

"Sería un honor para mí, para los argelinos y para los países árabes. Los libros de récords no son solo para extranjeros. Son para todos", añadió.

Dijo además que la gente en China, Bélgica y Reino Unido le habían animado para comer por Argelia pero que no había contado el patrocinio necesario.

COMPETICIÓN DE HUEVOS

La competición será dura. El récord de la dieta más rara del mundo lo tiene el francés Michel Lotito, que a lo largo de los años se comió 128 bicicletas, 15 carros de supermercado, seis arañas de luces, dos camas y un par de esquís.

Lotio no sufrió ninguna enfermedad aparente tras sus logros, pero una vez afirmó que los huevos y los plátanos le ponían enfermo.

Los huevos son la comida preferida de Haini. Dijo que una vez había comido 1.500 en menos de tres horas.

En un centro comercial en Argel, docenas de compradores curiosos quisieron ser testigos de cómo hacía uso el joven barbudo de 25 años, de su talento digestivo con una mesa llena de bombillas, grasa animal y periódicos.

"Hago estas exhibiciones para satisfacer a mi estómago", explicó. "Nunca estoy enfermo y, de hecho me siento genial después", añadió.

"Sería fácil invitarle a cenar", dijo Fatiha, de 56 años, después del espectáculo. "Podría darle sólo papel de periódico, bombillas y una patata cruda. Pero nunca le llevaría a un restaurante, me arruinaría", añadió.

El público exclamó en el centro comercial cuando Haini mordió una luz de neón y la partió por la mitad para masticarla y comerse el cristal.

No impresionó a todo el mundo.

"¿Por qué no se comió toda la bombillas?, preguntó una niña pequeña.

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