Este artículo se publicó hace 17 años.
Argentina: Gran enfado con las empresas
La crisis de 2001 coincidió con el éxodo de argentinos a España y la revisión del papel de las transnacionales españolas que desembarcaron en el país bajo la presidencia de Carlos Menem. Los argentinos no ocultan su decepción por el trato recibido por los compatriotas en España y sacan a relucir la política de puertas abiertas para los exiliados del franquismo, o recuerdan los embarques de alimentos de Evita. Pero la imagen negativa de España tiene como principal diana a las transnacionales que desembarcaron en los años 90, como Telefónica, Iberia y Repsol y que convirtieron a España en el principal inversor en el país.
"Algunas privatizaciones estuvieron bien hechas y otras no tanto, y estas tuvieron más prensa. Argentina fue el tubo de ensayo de las inversiones españolas en el continente, y se cometieron errores que no se repitieron en Chile o Brasil", dice Alejandro Maglione,
ex presidente del Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa de la Cámara Española de Comercio.
Néstor Kirchner, que fue gobernador de Santa Cruz en la década menemnista y acompañó la venta de la petrolera pública YPF a Repsol, alimentó después desde la presidencia la visión de que estas empresas se llenaron los bolsillos y se comportaron como aves rapaces. "Son climas de época. Junto con Italia, los argentinos tienen la mejor evaluación y el mayor de los afectos por España. Pero si agregas el término multinacional, la imagen cae mucho. En cambio, términos como nacionalización tienen una alta aceptación", opina Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, una empresa de sondeos. Según Fidanza, España es vista como "un ejemplo político y económico".
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