La armonía de los contrastes

La gente en Vitoria habla de Artium, el centro-museo de arte contemporáneo levantado en el solar de la antigua estación de autobuses, y en León, de la vidriera polícroma del MUSAC. En Bilbao, de lo que trajo de modernidad a la ciudad el Guggenheim de Frank Gehry y en el Reina Sofía de Madrid, del sello de los arquitectos que diseñaron su ampliación y de la cocina de su afamado restaurante. Con tales argumentos, cualquier excusa vale para perderse por los museos de arte contemporáneo y descubrir, en su interior, lo más vanguardista y actual de la creación artística. Pasen y vean, porque les presentamos algunos de los más representativos.

MUSAC
Lo primero que llama la atención en él es su fachada de colores, formada por más de 3.000 vidrios, que hace referencia a las vidrieras de la catedral de León, una de las señas de identidad de la ciudad. Una vez en el interior de este enorme edificio que ocupa una superficie de más de 8.000 m2, de una sola planta y sin pasillos, el enorme lucernario de su vestíbulo. Desde su inauguración en 2005, este museo se ha convertido en una pieza fundamental del arte contemporáneo en Castilla y León.

Museo Guggenheim
La obra de Frank Gehry fue todo un revulsivo para esta ciudad tradicionalmente asociada con la industria que decidió apostar por la modernidad. El edificio de formas curvas y paredes revestidas de titanio cambió de un plumazo el paisaje de la ría. En el interior, un gran atrio diáfano con paredes acristaladas deja entrar la luz. Fuera, la gran araña Mamá es un indicativo más del espíritu vanguardista de este centro dedicado al arte, que propone interesantes exposiciones temporales.

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
El Guernica de Picasso, símbolo universal de la guerra de España, es el emblema más reconocido de este museo centrado en el arte del siglo XX. Aquí se admiran algunas grandes obras de grandes artistas, como Salvador Dalí, Joan Miró o Juan Gris, pero junto a ellas las últimas propuestas artísticas que son una representativa muestra de su incesante actividad expositiva. El edificio, antiguo hospital de San Carlos, lleva la firma original de los arquitectos Hermosilla y Sabatini, del siglo XVIII, y los añadidos contemporáneos de Antonio Fernández Alba y Jean Nouvel. El restaurante, capitaneado por Sergi Arola, es un aliciente más.

Cualquier excusa vale para perderse por los museos de arte contemporáneo y descubrir lo más vanguardista

Artium
En este gran cubo de hormigón blanco con un sobresaliente alero abierto a una gran plaza trapezoidal del centro de Vitoria tienen cabida desde las vanguardias históricas a las últimas creaciones del siglo XXI. Junto a obras de Picasso, Miró, Tàpies, Lucio Muñoz o Genovés, también hay lugar para representantes del arte vasco y del panorama internacional. Organiza numerosas actividades relacionadas con otras manifestaciones artísticas como el cine, el vídeo y la fotografía.

Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
Al gran escultor de la vanguardia europea Julio González, coetáneo de Picasso, está dedicado este moderno edificio con grandes cristaleras en la fachada cuya espectacular escalera interior es su elemento arquitectónico más característico. Expresionismo abstracto, arte pop y realismo son tendencias ampliamente ilustradas en sus fondos, sin olvidar la modernidad valenciana de Pinazo, Sorolla y Lozano o el mundo de la fotografía, el arte sobre papel o las instalaciones contemporáneas . En el sótano guarda un importante yacimiento arqueológico de la ciudad medieval.

Museo de Arte Abstracto
Instalado en las Casas Colgadas, reúne en sus irregulares espacios comunicados por arcos, pasadizos y escaleras, propios de un edificio medieval, una colección del mejor arte moderno español, con obras de escultura, pintura y grabado de importantes artistas de los años 50 a 90, como Chillida, Saura o Tàpies. Tan admirables como sus salas y las obras que en él se exhiben, las vistas que se contemplan desde sus cristaleras, asomadas a la hoz del Huécar.

Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA)
En el corazón del humilde barrio de El Raval, este museo que rinde culto a la luz, obra del gran arquitecto estadounidense, Richard Meier, fue levantado con la idea de revitalizar sus calles. Abierto a una plaza donde se dan cita patinadores y skaters, un paseo por su interior permite admirar junto a las obras de los últimos cincuenta amosque se exhiben de modo permanente las últimas tendencias artísticas recogidas en sus numerosas exposiciones temporales: pintura, escultura, diseño, fotografía o vídeoarte.