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Armstrong pide sitio junto a Contador

EFE

El rumor se convirtió en noticia y fue el propio Lance Armstrong, siete veces ganador del Tour quien anunció su regreso a la alta competición del ciclismo con una doble ambición, concienciar al mundo en la lucha contra el cáncer y ganar el octavo Tour de Francia.

El primer objetivo ya tiene un impulso brutal, ya que Armstrong, de 37 años, logró sacudir la pasada noche los cimientos del ciclismo mundial con el anuncio de su vuelta a la bicicleta. Todo un mito, admirado por buena parte del pelotón actual, donde muchos pueden hablar en primera persona y por experiencia de las excelencias del texano.

"Soy feliz de anunciar que, después de consultar a mis hijos, mi familia y mis amigos más cercanos, he decidido volver al ciclismo profesional para llamar la atención sobre la conciencia de la lucha global contra el cáncer".

Armstrong se agarró a la lucha contra la enfermedad que estuvo a punto de acabar con su propia vida para justificar su futuro reingreso al deporte que le dio fama y dinero.

Los afectados de tan terrible enfermedad y la lucha contra la misma, no han podido tener mayor ni mejor altavoz que la decisión de Armstrong, según sus palabras muy sensibilizado por "los casi ocho millones de personas que morirán de cáncer en todo el mundo en este año".

Lance Armstrong pretende que la lucha contra el cáncer sea motivo de diálogo nacional en América, objetivo que ha cumplido gracias a su fundación, pero no ha tenido mejor forma de exportar la idea y sus deseo que anunciando su pretensión de volver a conquistar, por octava vez, la prueba que le convirtió en rey del Tour.

El segundo objetivo, el puramente deportivo, ha sido motivo de debate en el pelotón de la Vuelta, enganchado al comentario desde que nació el rumor, el cual tenía fundamento como se demostró pocas horas después del final de la etapa con meta en Zaragoza.

¿Será capaz Lance Armstrong de volver a ganar el Tour?. Los que le conocen saben que si se monta de nuevo en la bicicleta no es para luchar por el segundo puesto. Pero el texano llega tres años fuera del ciclismo profesional y para muchos es imposible que recobre el nivel exhibido hasta su retirada en 2005.

Ahora tendrá que buscar equipo. Lo anunciará el próximo 24 de septiembre en Nueva York, pero si quiere tener una preocupación menos, el Astana de su director de siempre, Johan Bruyneel, ya ha comentado su intención de abrirle las puertas de par en par en caso de que decidiese volver.

"Si decide volver y yo estoy en carrera, me resultaría muy raro ver a Lance Armstrong con la camiseta del CSC o del Rabobank", señaló Bruyneel, director del Astana, quien no midió el grado de ambición de su amigo y ex discípulo al asegurar que "Lance tiene la vida solucionada porque ha sabido invertir muy bien".

Armstrong ganó su séptimo y último Tour en 2005. Desde entonces se reconvirtió en un deportista popular habitual en el Maratón de Nueva York, donde logró en la pasada edición bajar de tres horas. También ha participado en pruebas de bicicleta de montaña y planea incursiones en el ciclocross. En la primera se estas especialidades fue segundo en una carrera de 160 kilómetros en altitud.

Mucho de serio tuvo esa participación, porque Armstrong solicitó integrarse en el plan antidopaje de la Agencia estadounidense antidopaje (USADA). "No tiene que demostrar nada a nadie", comentó Bruyneel, sobre un corredor que dejó el ciclismo bajo la sospecha del dopaje.

Su destino natural sería el Astana, donde Alberto Contador es el jefe indiscutible. El madrileño, que calificó "de sorprendente y curiosa" la posibilidad del regreso de Armstrong, dijo, por si acaso, "que sería un orgullo correr con el americano porque siempre le he admirado".

Serían dos gallos en un mismo corral. Sería difícil de concebir que Armstrong fuese al Tour para ser segundo, pero casi imposible que Contador no aspirase a ampliar su palmarés como líder de la prueba francesa. Su llegada abriría un áspero debate. El mito o la realidad.

Todo el mundo se mostró escéptico por el rumor, incluso algunos, como Jon Odriozola, director del Euskaltel, lo calificó de chiste. "En la bicicleta ya hizo lo que tenía que hacer, en tal caso como director podría aportar su experiencia y mentalidad ganadora, lo demás es un chiste que han soltado por ahí", dijo.

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