El Festival de Música Antigua de Aranjuez comienza mañana domingo su XV edición con la compañía L'Opera Stravangate di Venezia y el sopranista Angelo Manzotti, en un concierto dedicado a la memoria de Bárbara de Braganza, protectora en la corte española de Farinelli, el gran castrato.

Angelo Manzotti, que regresa tras participar en febrero en el Festival de Arte Sacro el pasado mes de febrero, es un sopranista (hombre que canta con voz de soprano) dedicado a la recuperación del repertorio de los castrati, y de forma especial el de Farinelli.

El artista, que se sirve de una técnica vocal (con ejercicios vocales y de respiración) que le permite utilizar sus cuerdas vocales masculinas como lo haría una mujer, cantará el domingo en la Capilla de Palacio arias escritas por Hasse, Haendel y Nicola Porpora para Farinelli.

"Farinelli ha sido una revelación, porque para mí era un monstruo sagrado y, en consecuencia, hacer su repertorio, que comencé a cantar en 1994, era afrontar algo inalcanzable", ha explicado en declaraciones a Efe el sopranista.

Manzotti, al igual que el castrato más famoso del mundo que pasó 23 años en la corte española, tiene una "relación bellísima" con España, que "está haciendo un gran trabajo con la música antigua, a diferencia de Italia, que, a pesar de ser una de sus grandes cunas, la cultiva poco".

Este concierto inaugural está pensado en memoria de Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, mecenas de la cultura, protectora del castrato italiano en la corte española del momento y de la que se cumple este año el 250 aniversario de su muerte.

Este aniversario, junto con las celebraciones del Bicentenario del 2 de Mayo, es uno de los ejes del Festival de Música Antigua de Aranjuez, organizado por la Comunidad de Madrid y que se prolongará hasta el próximo 29 de junio, con conciertos en emblemáticos espacios y paseos por los jardines de la localidad madrileña.

Entre las novedades de esta edición, y también en recuerdo de Bárbara de Braganza, el Festival sale por primera vez del municipio para organizar un concierto en Las Salesas Reales, donde está enterrada la reina, con "Oficio y misa para las reales honras de Doña Bárbara de Portugal. Réquiem", que compuso José Nebra.