Este artículo se publicó hace 14 años.
Los arrestos de militares causan preocupación en Turquía
Dos generales retirados fueron acusados el viernes de un complot para derrocar al Gobierno de Turquía, elevando la preocupación por un potencial enfrentamiento entre el partido gobernante y las fuerzas armadas y afectando a los mercados turcos.
Ambos son las figuras más influyentes del Ejército acusadas por el supuesto complot de 2003. Horas antes, la policía realizó una segunda oleadaa de arrestos, ampliando una investigación que ha llevado a la detención de más de 30 efectivos y originó una cumbre de emergencia entre los líderes turcos.
La agencia de noticias estatal Anatolian dijo que el general retirado Cetin Dogan, ex jefe del Primer Ejército de Turquía, y el teniente general Engin Alan, ex comandante de las fuerzas especiales, fueron arrestados formalmente después de comparecer ante un tribunal en Estambul.
Dogan había ocupado un cargo que es considerado tradicionalmente como un paso previo para convertirse en jefe de las Fuerzas Armadas turcas. Alan lideró una exitosa operación que devolvió a Turquía al líder separatista kurdo capturado Abdulah Ocalan, según medios locales.
Los mercados turcos, debilitados por cinco días de tensión desde la primera oleada de detenciones el lunes, habían comenzado a recuperarse el viernes esperando que no hubiera posibilidad de una confrontación entre el Gobierno, en el poder desde 2002, y el Ejército laico, tras la liberación de otros tres generales retirados.
Sin embargo, las informaciones de que la policía había detenido a más militares en servicio y a un oficial retirado en un operativo en todo Turquía propagaron un temor renovado por el posible enfrentamiento.
El primer ministro Tayip Erdogan acusó a la prensa de encender la alarma entre los inversores, que fueron alertados por la detención el lunes de unos 50 oficiales sospechosos de participar en el supuesto complot.
"Les hablo a los jefes de los medios", dijo Erdogan durante un discurso televisado en una sesión con su partido AK. "Nadie tiene el derecho de poner de cabeza la economía de un país. No lo permitiré", afirmó.
El partido de Erdogan, que niega las acusaciones de que desea convertir a la república laica turca en un país islámico, está impulsando una recuperación económica después de la recesión del año pasado, con el fin de ganar votantes para las elecciones del próximo año.
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