El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) conmemora el centenario del nacimiento del artista y escritor murciano Ramón Gaya con una muestra que recoge la pasión que durante toda su vida sintió por los artistas clásicos y a los que rindió homenaje, tanto a través de sus cuadros, como de su escritura.

La muestra Ramón Gaya. Homenaje a la pintura reúne 50 lienzos de Gaya (1910-2005) que ilustran los últimos 30 años de su obra, en una etapa de madurez en la que su estilo se iba depurando y se hacía progresivamente más esencial.

Con un trazo limpio, casi transparente, que huye de cualquier tipo de alharaca, el artista murciano establece un diálogo sereno con los grandes nombres de la pintura que remonta incluso hasta la Antigüedad griega, siempre en una búsqueda continua por hallar una tranquila connivencia con los elementos naturales.

Su estilo nunca optó por escuela o corriente artística alguna. Y su tributo personalísimo se dirigió tanto a los grandes de la pintura española del barroco como Velázquez y Murillo, como al claroscuro de Rembrandt, la luz de Cezanne y Corot o el juego de elementos de Van Gogh. Incluso llegó a sentirse atraído por la tradición oriental, homenajeando algunas obras de Mei Feng y Chu Ta, entre otros.

La calma, la transparencia y la ausencia de tensión establecen el armazón intimista de su poética. Gaya llegó a definirse como el pintor que escribe y, por ello, a finales de los 80, abordó la labor de ordenar sus escritos para que pudieran ser publicados. Así se recoge en el catálogo de la muestra, en un recorrido por la obra del autor que conjuga la visión de sus obras pictóricas con algunas de sus piezas líricas.

'Pintar no es hacer, es sacrificio, es quitar, desnudar; y trozo a trozo, el alma irá acudiendo sin trabajo', recitaba Ramón Gaya.