Este artículo se publicó hace 15 años.
El arte contemporáneo se infiltra en Versalles
El joven Xavier Veilhan quita el polvo a las salas y confirma que "el palacio es de los artistas de cada época"
Tras el gran escándalo generado el año pasado por la exposición del controvertido artista estadounidense Jeff Koons, la antigua residencia real de Versalles vuelve a acoger a un artista de nuestros días. Xavier Veilhan, estrella pluridisciplinar de la joven escena francesa, ha recibido la misión de instalar ocho de sus obras en este recinto histórico. El objetivo: sacarle el polvo a las salas del palacio e impedir su transformación en museo de cera, seduciendo a una nueva ola de visitantes que no pisaban el monumento desde la última visita escolar.
Tras la iniciativa se encuentra el actual responsable del palacio, Jean-Jacques Aillagon, ex ministro de Cultura y antiguo director del Centro Pompidou y el Palazzo Grassi de Venecia, que desde que accedió al cargo a mediados de 2007 ha concentrado sus esfuerzos en impedir la fosilización de este templo del Barroco francés, por donde pasan cada año cerca de seis millones de visitantes. "Versalles es un espacio magnífico, pero eso no significa que tenga que estar muerto. Debe ser un lugar de cultura viva, con vocación de acoger a los artistas de nuestra época", sostiene Aillagon.
Por ahora, la iniciativa no ha estado exenta de polémica, puesto que no todos los visitantes parecen dispuestos a abrazar estos experimentos iconoclastas. El otoño pasado, la exposición de Koons provocó un genuino debate público, así como alguna perturbadora escena entre los visitantes. Por ejemplo, la de una turista estadounidense llorando desconsoladamente en pleno Salón de los Espejos al descubrir que el lugar que había visitado 30 años atrás se había convertido en una alocada mansión llena de langostas inflables, perritos de cromo y esculturas de Michael Jackson.
Sin traumasEste año, los protestas y los traumas se han reducido drásticamente. La propuesta estética de Veilhan, "más partidario de acompañar la visita que de enfrentarse al visitante", resulta menos exuberante que la de Koons. "Me inscribo más en la tradición que en la ruptura, tal vez porque en Versalles me he visto sometido a una energía mayor que yo", afirma Veilhan, que recuerda que "el palacio ha estado abierto a los artistas de cada época".
Pese a las dudas acerca de la conveniencia de disneylandizar su patrimonio, la tendencia se extiende por Francia. El Louvre acoge la obra de Jan Fabre y Ugo Rondinone en algunas de sus salas. El Museo de Orsay invitó hasta el año pasado a 24 artistas entre ellos, Annette Messager, Jeff Wall y Pierre et Gilles a dialogar con su colección impresionista, mientras que Anselm Kiefer y Richard Serra han expuesto bajo la bóveda acristalada del Grand Palais. Mientras tanto, Versalles suma y sigue. Sus próximos invitados serán Takashi Murakami y Maurizio Cattelan.
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