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"Arte y provocación", la primera gran retrospectiva de Miguel de Molina

EFE

Fotos, escritos, afiches, carteles, documentales, trajes, botines y blusas forman la primera gran retrospectiva sobre la controvertida figura del cantante y bailarín Miguel de Molina, que con el título de "Arte y provocación" organizan la fundación que lleva su nombre y la Comunidad de Madrid.

Nacido en Málaga en 1908, Miguel de Molina fue exiliado a Buenos Aires en 1942 de donde también fue expulsado por orden del gobierno español y marchó a México, hasta que gracias a la ayuda de Eva Perón, consiguió volver a un país que le convirtió en estrella y en donde fue enterrado un 4 de marzo de 1993 en el Panteón de Actores de la Chacarita junto a otros grandes de la escena.

Fue bailarín antes que cantante, "pero ante todo un creador, que controlaba sus espectáculos al mínimo detalle, desde la parte artística al marketing", ha destacado a Efe su sobrino y presidente de la Fundación Miguel de Molina, Alejandro Salade, verdadero responsable de esta muestra, que estará abierta hasta el 17 de mayo en el Complejo "El Águila" de Madrid, para viajar a Almagro, Buenos Aires, Sevilla o Córdoba.

Vapuleado en España por su homosexualidad, Miguel de Molina hizo suyas piezas claves del cancionero español como "Ojos verdes"o "La bien pagá", y se creó una imagen propia, con ese caracolillo que lucía en la frente, aquellas blusas vistosas de grandes mangas afaroladas y sus famosos botines de colores, que él mismo diseñaba.

Veintitrés pares de esos botines, tres trajes completos y 16 blusas forman parte de esta exposición, que recibe al visitante con estas palabras del propio artista: "Y en verdad esta es mi vida, porque llevo el teatro en el alma con la misma alegría que llevo en los labios una canción".

También hay portadas de revistas de la época, afiches de películas como "Luna de sangre", "Esta es mi vida", "Manolo Reyes" o "Chuflillas"; fotos dedicadas por Raquel Meller, Celia Gámez, Carmen Amaya, María Félix, Maurice Chevalier, Libertad Lamarque, Luis Mariano, Imperio Argentina, Antonio, Pastora Imperio, Estrellita Castro o Manolete, y carteles, como el del Teatre del Liceo en donde representó "El amor brujo", de Falla, en la temporada 1933-1934.

Amigo de Lorca, Falla, Jacinto Benavente y Alberti, de quien la muestra recupera un grabado dedicado por él a la "gracia y arte de España", Miguel de Molina fue una estrella durante la República, pero su vida cambió tras la Guerra Civil.

Tal y como cuenta en sus memorias "Botín de guerra", una aciaga noche de noviembre de 1939 tres individuos le visitaron en el madrileño teatro Pavón, le obligaron a seguirle y le propinaron tal paliza que lo dieron por muerto.

Desde entonces, según su sobrino, su "carrera fue una constante sucesión de encumbramientos y caídas en picado", porque con el exilio, "él mismo se convirtió en una estrella en Buenos Aires, pero la dictadura argentina no lo aceptó y en México Jorge Negrete y Mario Moreno "Cantinflas" le rechazaron frontalmente.

La Fundación Miguel Molina, con sede en Madrid desde hace ocho años, tiene en su poder todo el legado del cantante, más de 400 cartas catalogadas, más de cuarenta blusas, que van entregando sus seguidores de todo el mundo, y miles de fotos, muchas de ellas conseguidas en parte gracias a su amigo el actor argentino Jorge Barreiro.

Durante los días en los que esté abierta la muestra se presentará el libro "Miguel de Molina", que reúne todo su legado y en el que personajes como Natalia Figueroa, Pedro Mansilla, Pasión Vega, José Menese, Sara Montiel, José Sacristán o Vitorio y Luchino ofrecen su particular visión de un hombre que ya con trece años decidió que quería ser artista, ha desvelado el comisario de la misma, Manuel de Gotor.

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