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Un ascenso forjado desde la coherencia

EFE

El ascenso a la Primera División del Tenerife es el fruto de un proyecto iniciado hace poco más de tres años y medio por el equipo directivo encabezado por Miguel Concepción, cuando la entidad parecía haber tocado fondo, y que ha llevado la coherencia por bandera.

La contención y progresiva reducción de la deuda de la entidad, que amenazaba incluso con su desaparición; la normalización de la vida social tras unos años de mucho ruido y constantes sobresaltos, y la fijación de objetivos deportivos de forma progresiva han marcado la pauta en este proceso de rehabilitación.

Una cosa ha llevado a la otra, ya que la mejoría de la salud financiera ha permitido al club destinar partidas presupuestarias cada vez mayores para la parcela deportiva y ello ha redundado en el crecimiento del potencial del equipo.

Del mismo modo que ahora que el Tenerife ha regresado a la elite será más llevadera la coyuntura económica desfavorable, dado que el empresariado de la isla parece dispuesto a realizar un sobre esfuerzo, como el que hizo en la denominada "cumbre de la Ermita" en 2005, para contribuir al saneamiento de las cuentas del club.

Pero lo que es indudable es que, sin resultados no hay proyecto que resista, y en este sentido casi todo ha ido según lo establecido en la hoja de ruta: primero la consolidación en Segunda sin pasar grandes apuros, luego acabar en la primera mitad de la tabla y al tercer año, intentar el asalto definitivo a la máxima categoría.

Una de las decisiones más influyentes y comprometidas que han tenido que afrontar los rectores del club en todo este camino fue la renovación de José Luis Oltra mediada la pasada campaña, cuando el equipo se quedó descolgado del pelotón de aspirantes al ascenso y surgieron algunas voces en contra del técnico valenciano.

Era la primera vez desde la exitosa etapa de Jupp Heynkes en Primera División y en la Copa de la Uefa que el Tenerife decidía afrontar dos campañas seguidas con el mismo director de orquesta.

La continuidad de Oltra estuvo avalada por Santiago Llorente, sustituto de Alfonso Serrano en el puesto de director deportivo y que ha conseguido su segundo ascenso con el Tenerife en dos etapas diferentes.

La figura de Llorente se ha revelado fundamental en el éxito deportivo del Tenerife, ya que ha acertado de pleno en la mayoría de las contrataciones realizadas para reforzar para las posiciones clave.

Sus mayores aciertos han sido repescar a Sergio Aragoneses, un portero aparentemente fuera de onda y que ha recordado, si no mejorado, al que fue en su etapa anterior en el Tenerife, y a Juanlu Hens, quien llegó lesionado del Granada 74 y desde cuya irrupción el Tenerife se ha instalado entre los mejores.

Antes de que llegara Llorente el Tenerife contaba con otros tres jugadores con un gran peso específico: el lateral diestro Marc Bertrán, el centrocampista canterano Ricardo León, quien con confianza desde el banquillo por fin ha ratificado la calidad que muchos intuían, y el delantero Nino, máximo realizador de la categoría y buque insignia de la armada blanquiazul.

Los cinco jugadores citados tienen garantizada su continuidad en la disciplina del Tenerife -sólo falta por cerrar la renovación de Ricardo, cuyas negociaciones están avanzadas-, no así Alejandro Alfaro, la otra gran sensación de la temporada y que regresará este verano a la disciplina del Sevilla, muy probablemente para quedarse en el primer equipo hispalense.

Según ha avanzado el presidente Miguel Concepción, el Tenerife tendrá un presupuesto austero para afrontar el regreso a la elite del fútbol español.

Será, pues, un nuevo reto para el director deportivo, Santiago Llorente, a la hora de definir el plantel, y también lo será para el entrenador, aún sin confirmar pero que seguramente será José Luis Oltra, ya que tanto el club como el técnico han reiterado por activa y por pasiva su deseo de prolongar un idilio que hasta el momento ha resultado muy fructífero.

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