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El asesino confeso de Noruega planeó atentados contra el Palacio Real y la sede socialdemócrata

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El autor confeso del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, planeaba otros ataques con bomba contra el Palacio Real de Oslo y la sede del partido socialdemócrata del primer ministro Jens Stoltenberg, afirma hoy el popular diario "VG", que se remite a fuentes policiales.

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Breivik, fundamentalista cristiano con contactos en la ultraderecha, no pudo llevar a cabo sus planes por "problemas logísticos", añade este medio.

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El abogado del autor de los atentados, Geir Lippestad, señaló al rotativo que la policía informó ayer por primera vez a Breivik, en el segundo interrogatorio al que fue sometido, del número de víctimas.

"No percibí ningún tipo de reacción. No vi ni una sonrisa ni signos de decepción", añadió respecto a su defendido, que está en régimen de aislamiento, sin otra comunicación con el exterior que su abogado.

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Lippestad ya avanzó ayer, en declaraciones a otro medio noruego, que su defendido pretendió perpetrar otros ataques, ese mismo viernes, pero que finalmente las cosas "no salieron como pensó".

Según afirman hoy varios medios noruegos, Breivik se resiste a que se le someta a los exámenes forenses psiquiátricos previstos para la próxima semana.

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La policía subió ayer la cifra de víctimas a 77, ocho de las cuales lo fueron en el atentado con coche bomba de la capital y las restantes 69 en el ataque posterior a la vecina isla de Utøya.

Los servicios secretos noruegos, PST, informaron ayer con un comunicado que no creen que haya aumentado el peligro de un ataque terrorista por parte de la ultraderecha tras el doble atentado de Breivik.

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El nivel de peligro se mantiene en la misma escala que antes de esos ataques, informaron fuentes del espionaje noruego, que parte de la base de que Breivik planeó y perpetró solo tanto su atentado con coche bomba de Oslo como el posterior tiroteo en la isla.

Los servicios secretos consideran que "sólo muy escasas" personas son capaces de planear y llevar a cabo un atentado de estas dimensiones, por lo que "tanto a escala nacional como internacional actos terroristas como el de Oslo y Utøya son la excepción".

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La mayoría de las víctimas del doble atentado eran adolescentes de entre 14 y 16 años, aunque también hay adultos, el mayor de los cuales tenía 61 años.

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