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Dos asnos zamoranos y 50 ocas palentinas aportarán su magia en Madrid

EFE

Dos asnos zamoranos y 50 ocas palentinas animarán mañana la cabalgata de los Reyes Magos en Madrid, en la que lucirán su porte de cuento de hadas para llenar de ilusión y alegría la noche más mágica del año.

No es la primera vez que estas ocas se ven en estas lides y, con la seguridad que da la experiencia, ni se inmutarán con el ruido, los focos, los millones de flashes y la multitud de todas las edades que se arremolina en torno a ellas cada 5 de enero.

Los que sí se estrenarán mañana son Quico y Carmele, dos asnos zamoranos de la cuadra de Miguel Seco, criados en el norte de Palencia, en Mave, entre medio centenar de los mejores burros zamoranos, aunque pacen en Palencia.

Así lo ha asegurado, en declaraciones a Efe, José Miguel Espinosa "Miguelín", un palentino negociante del producto ecológico, fascinado por las ocas, a las que cría y "observa" desde hace quince años en una finca ubicada a las afueras de Palencia.

Desde el mes de septiembre lleva Miguelín amaestrando ocas y burros para que estén listos y den la talla en la cabalgata madrileña y no desdigan entre reyes, pajes, pastores, lacayos, carrozas y folclore.

"Lo más importante es que vayan relajados, que no sufran y que se lo pasen bien", ha asegurado.

Por eso ha seleccionado a las cincuenta mejores del casi centenar de ocas que campan a sus anchas por su finca y ha dejado fuera a la mitad, bien porque están poniendo, acaban de ser madres o están enamoradas o enamorados y no atienden a razones.

Dice el experto que a Madrid viajarán las más jóvenes, las que tienen entre 5 y 6 años, porque son las que mejor aguantan los tres kilómetros de recorrido que tiene la cabalgata y porque tienen "un poderío que agota a cualquiera".

Para el entrenamiento Miguelin les pone todo tipo de obstáculos y hace todo el ruido que puede, incluido el de los petardos, para que las ocas no se asusten y respondan a sus órdenes como lo hacen en Palencia.

Durante mucho tiempo Miguelín les ha enseñado a caminar en fila india, hacia delante o hacia atrás, incluso a volar en formación, siempre atendiendo a las ordenes de "alto, vuela, venga, despacio, paso ligero o adelante" que repite como un gran director de orquesta.

Eso sí, la voz cantante la llevan tres machos con don de liderazgo, que atienden a los nombres de Ansar, Pinta y Pelos Revueltos y que están pendientes en todo momento del resto de compañeras, evitando cualquier despiste.

Miguelín empezó a participar en cabalgatas de reyes, mercados medievales y ferias de todo tipo hace doce años con su fiel Paloma, la primera oca que tuvo y a la que hoy cuida con tanto cariño como si se tratase de su propia hija.

También las entrena Miguelín para posar con elegancia ante los flashes de las cámaras y para no espantarse con la cantidad de gente que acude al evento, que al fin y al cabo, son ocas de provincias acostumbradas a la paz del campo.

El reto de este año ha sido combinar el paso de ocas y asnos, algo que no ha sido nada fácil y le ha costado a Miguelín sus buenos azucarillos.

Al final viajarán a Madrid por cuarta vez en su furgoneta con aire acondicionado y toda la infraestructura necesaria: un corral portátil para hacer parada a mitad de camino y tomar un tentempié y dos piscinas para darse un bañito antes del desfile y lucir más blancas que nunca, con uniforme de cinta de junco ecológico al cuello y bola de navidad.

Los burros, aseados y repeinados, también lucirán lazo rojo y bolas de navidad, "para que vayan al compás".

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