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Asocian el abuso infantil con el síndrome de fatiga crónica

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Por Anne Harding

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El abuso emocional y sexualen la niñez son factores de riesgo importantes del síndrome defatiga crónica (SFC), según los resultados de un estudio.

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Los participantes que dijeron haber sufrido en la niñezabuso sexual, rechazo emocional o abuso emocional moderado agrave eran casi seis veces más propensos a tener SFC que laspersonas que no habían padecido esos maltratos en los primerosaños de vida, explicaron los autores en Archives of GeneralPsychology.

El equipo dirigido por la doctora Christine Heim, de EmoryUniversity School of Medicine, en Atlanta, halló también quelos pacientes con el SFC que habían sufrido maltrato en laniñez tenían niveles anormalmente bajos de cortisol, hormonaque usa el organismo para organizar una respuesta saludable alestrés.

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La producción de cortisol era normal en los pacientes queno habían sufrido abuso infantil.

El cortisol es "bueno durante el estrés", explicó Heim.

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La hormona controla cómo el organismo metaboliza la energíacuando aparece el estrés e influye en la función inmunológica.Un bajo -o alto- nivel de cortisol es indicio de una alteraciónen la capacidad de manejar el estrés.

"En general, se trata de lograr un equilibrio, y lasexperiencias traumáticas infantiles serían un factor de riesgogeneral que interfiere en la capacidad del organismo demantener ese equilibrio", agregó la doctora.

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Las personas con el SFC padecen un cansancio debilitanteque no disminuye con el descanso y aumenta con la actividadfísica y mental, según la información online de los Centrospara el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Otros síntomas pueden ser el dolor articular y muscular,los problemas de memoria y la falta de concentración.

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En un estudio piloto anterior realizado a residentes deWichita, en Kansas, el equipo había identificado una relaciónentre el trauma infantil y el riesgo de SFC. En el nuevoestudio, se comparó a 113 personas con SFC y a 124 "controles"sin el trastorno.

El 62 por ciento de los participantes con SFC habíapadecido de por lo menos un tipo de trauma infantil, como elabuso sexual, físico o emocional, o de rechazo emocional ofísico, a diferencia del 24 por ciento del grupo control.

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Toda exposición a una experiencia traumática elevó 5,6veces la probabilidad de desarrollar SFC, y el riesgo aumentósegún la cantidad de tipos de maltrato infantil que habíainformado cada participante.

Normalmente, los niveles de cortisol aumentan cuando nosdespertamos a la mañana. Pero, en general, esa respuesta estaba"deprimida" en los pacientes con SFC.

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De todos modos, cuando el equipo eliminó del análisis a lospacientes con SFC y una experiencia traumática infantil, hallóque ése era el único grupo con niveles anormalmente bajos de lahormona. Los niveles hormonales en los participantes con SFC,pero sin antecedentes traumáticos en la infancia, eran igualesa los del grupo control.

No todos los pacientes con SFC habían padecido abusoinfantil, indicó Heim, de modo que otro mecanismo habríacausado el síndrome en ellos, por ejemplo, una combinación devulnerabilidad genética e infección.

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De todos modos, la autora agregó que los resultadossubrayan la importancia de considerar al SFC como unaenfermedad con raíces psicológicas y biológicas.

FUENTE: Archives of General Psychiatry, enero del 2009.

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