Este artículo se publicó hace 15 años.
Asocian antipsicóticos con aumento de peso en niños y jóvenes
En niños y adolescentes, eltratamiento con antipsicóticos de "segunda generación" estáasociado con un aumento significativo del peso y de los nivelesde colesterol, advirtieron investigadores en Journal of theAmerican Medical Association.
En Estados Unidos, el tratamiento de niños y adolescentescon desórdenes psicóticos, trastorno bipolar y otros problemasmentales incluye antipsicóticos de segunda generación. Algunosson: aripiprazol (Abilify), olanzapina (Zyprexa), quetiapina(Seroquel) y risperidona (Risperdal).
Los efectos adversos de esos antipsicóticos generan cadavez más preocupación, señaló el equipo del doctor ChristophCorrell, de North Shore-Long Island Jewish Health System, enNueva York.
Los efectos dañinos de esos fármacos, como el aumento depeso, la obesidad, la hipertensión y las anormalidades decolesterol y azúcar en sangre, son especialmente preocupantesen la adolescencia porque predicen la obesidad, la diabetes yla enfermedad cardíaca en la edad adulta.
El equipo de Correll estudió a 272 niños y adolescentes deentre 4 y 19 años con trastornos del ánimo, esquizofrenia oconducta alterada o agresiva, que nunca habían recibidoantipsicóticos.
Quince pacientes, que rechazaron participar o que notomaron los antipsicóticos como se los había indicado elmédico, funcionaron como grupo de control.
Los pacientes fueron tratados con aripiprazol, olanzapina,quetiapina o risperidona durante 12 semanas.
Tras 10,8 semanas de tratamiento, los niños tratados conolanzapina engordaron unos 8,5 kilos; los que recibieronquetiapina, 6 kilos; aquellos tratados con risperidona, 5,3kilos y los que tomaron aripiprazol, 4,4 kilos, a diferencia deun alza de apenas 0,2 kilos en el grupo de control.
"Cada antipsicótico estuvo asociado con un aumentosignificativo de la masa grasa y de la circunferencia decintura. El 10 al 36 por ciento de los pacientes pasaron atener sobrepeso u obesidad en 11 semanas", informó el equipo.
Los autores observaron también cambios poco saludables enel colesterol total y los triglicéridos en los chicos tratadoscon olanzapina y quetiapina y en los triglicéridos de los niñosque recibieron risperidona.
Los participantes tratados con quetiapina y olanzapinatambién sufrieron un aumento en los niveles de azúcar ensangre. Sólo el aripiprazol no estuvo asociado con cambiossignificativos en esos parámetros "metabólicos".
El equipo de Correll advierte que "los beneficios de unsegundo antipsicótico deberían equilibrarse con los riesgoscardiometabólicos a través de una evaluación cuidadosa de lasindicaciones de uso, una consideración de las alternativas debajo riesgo y el control y manejo proactivos de los efectosadversos".
En un editorial publicado con el estudio, los doctoresChristopher K. Varley y Jon McClellan, del Hospital de Niños deSeattle, instaron a "reconsiderar el creciente uso generalizadode los antipsicóticos atípicos en niños y adolescentes".
"Gran parte del respaldo con que cuentan (esos) agentes loaportan investigaciones financiadas por la industria. Escrítica la necesidad de estudios independientes a gran escalapara establecer la seguridad y los beneficios a largo plazo deluso de antipsicóticos en niños y adolescentes", escribieron.
FUENTE: Journal of the American Medical Association, 28 deoctubre del 2009
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