Este artículo se publicó hace 15 años.
Un atentado suicida causa ocho muertos en Pakistán
Un presunto suicida talibán causó el viernes la muerte de ocho personas frente a la sede principal de mantenimiento de la Fuerza Aérea de Pakistán y las autoridades negaron rápidamente las sugerencias de que el objetivo estuviese vinculado con el programa nuclear del país.
El suicida detonó los explosivos que llevaba adheridos al cuerpo cuando los efectivos de seguridad lo detuvieron en un control en el acceso al Complejo Aeronáutico de Pakistán en Kamra, unos 75 kilómetros al noroeste de la capital, Islamabad.
Horas más tarde, un coche bomba explotó en el exterior de un restaurante en la ciudad de Peshawar, al noroeste, hiriendo a 15 personas, dos de ellas de gravemente, precisaron responsables.
Los atentados se producen en un momento en el que el ejército ejecuta una ofensiva contra bastiones de extremistas talibanes paquistaníes en Waziristán del Sur, cerca de la frontera afgana.
La ofensiva ha aumentado los temores a que los insurgentes continúen con una campaña de atentados contra objetivos urbanos. Alrededor de 150 personas han muerto en una serie de ataques perpetrados durante las últimas semanas.
"Ocho personas murieron y 13 resultaron heridas, tres de ellas gravemente", dijo Shaukat Sultan, jefe del principal hospital de Gobierno en Kamra, zona que fue escenario del ataque del viernes contra la base aérea.
El primer ministro Yusuf Raza Gilani dijo a una reunión de gabinete el miércoles que la infraestructura nuclear del país es segura y que no se enfrenta a la amenaza de los talibanes.
Un responsable de la fuerza aérea fue categórico en disipar las dudas de que el ataque en la instalación de Kamra pudiese estar vinculado con el programa armamentístico.
"No tiene sentido. Son tonterías", dijo a Reuters.
MAS ATENTADOS
El atentado se produjo un día después de que un general del Ejército y su chófer murieran en un tiroteo en Islamabad, mientras que al menos seis personas, incluidos dos suicidas, murieron el martes en dos atentados en un edificio de la Universidad Islámica en la capital.
Los analistas han alertado sobre la posibilidad de más ataques a medida que los milicianos se vean obligados a abandonar sus posiciones, como una estrategia para que el derramamiento de sangre y la perturbación hagan que el Gobierno y la gente común pierdan el deseo de seguir con la ofensiva.
Los talibanes incrementaron sus ataques contra objetivos urbanos después de que el ejército paquistaní comenzara una importante ofensiva contra los insurgentes en sus bastiones de Waziristán del Sur, cerca de la frontera con Afganistán.
El territorio remoto y escarpado de Waziristán del Sur, con sus montañas rocosas y bosques irregulares cortados por cañadas secas y desfiladeros, es un centro de acción para los extremistas que se desplazan entre Pakistán y Afganistán.
Unos 28.000 soldados se enfrentan a alrededor de 10.000 talibanes, entre ellos unos 1.000 curtidos combatientes uzbekos y algunos miembros árabes de Al Qaeda.
Más de 100.000 civiles han escapado de la región, y alrededor de 32.000 de ellos huyeron a partir del 13 de octubre, dijo Naciones Unidas.
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