Este artículo se publicó hace 16 años.
Un atleta recorre mil kilómetros para demostrar a los enfermos que no hay nada imposible
El atleta asturiano Lisardo Díaz Lobo ha llegado hoy a la localidad de Moreda tras recorrer casi mil kilómetros en el maratón solidario Ruta de la Plata, entre las ciudades de Sevilla y Gijón y con el que ha querido demostrar a los enfermos de cáncer que "no hay nada imposible".
El conocido como "Correcaminos" finalizará mañana a las 17:30 horas en el plaza del Ayuntamiento de Gijón el maratón que inició el pasado 21 de mayo con el fin de recaudar fondos para la lucha contra el cáncer infantil.
El atleta, de 38 años, ha decidido llegar a su tierra, Asturias, por una zona muy conocida para él, pues este enclave de las cuencas mineras asturianas, fue el lugar donde creció y donde ha sido recibido por numerosos vecinos, amigos y familiares.
Con una media de 90 kilómetros diarios Díaz ha reconocido que la prueba "fue más dura de lo que pensaba".
Desde su punto de partida, Sevilla, hasta Salamanca el "Correcaminos" se encontró con muchos problemas ya que "el terreno estaba lleno de piedras y tenía sucesivas pendientes".
A partir de ese punto, el asfalto fue su lugar de trabajo pero aún así las dificultades no desaparecieron con una sobrecarga muscular y una tendinitis que arrastra en la rodilla izquierda y que superó gracias a una "gran fuerza de voluntad" y al apoyo de varios clubes de atletismo que le acompañaron en Salamanca, Zamora y Benavente.
Aun así, el atleta no pensó en abandonar en ningún momento pues el motor que le mueve no es otro que "el de ayudar a los enfermos".
"Cuando en el maratón sufro me acuerdo de la gente que tiene cáncer o que está en un silla de ruedas y continúo hacia adelante porque quiero demostrar que los sueños se cumplen y no hay nada imposible", ha sentenciado.
Su periplo en este tipo de retos comenzó hace cuatro años cuando su madre falleció y descubrió que el deporte es un medio solidario con el que transmitir a las familias que "los enfermos se pueden salvar y proseguir con sus vidas".
De este modo, Díaz se propuso realizar un reto cada año para motivar a los enfermos siendo en 2005 cuando recorrió 100 kilómetros para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer y en 2007 otros 725 kilómetros del Camino de Santiago con el mismo objetivo.
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