Este artículo se publicó hace 15 años.
El Atlético se juega otra vez la vida
Fuera de la Champions, los colchoneros lucharán por entrar en la Liga Europa ante el Apoel chipriota
Todavía enfermo, muy enfermo, el Atlético se juega otra vez su futuro. Fuera con seguridad de la siguiente ronda de la Liga de Campeones, los rojiblancos pelearán por el premio de consolación contra el Apoel de Chipre, nadie en el fútbol mundial, un gigante a los hoy empequeñecidos ojos del Atlético. Hasta el empate puede vale a los españoles. Pero una derrota, les dejaría fuera de la Liga Europa, la antigua Copa de la UEFA.
No hay más señal que invite al optimismo que el propio escudo. Lo demás es para echarse a temblar. Los madrileños todavía no conocen la victoria en esta fase (dos empates y dos derrotas) y han mostrado similar fragilidad en la competición doméstica (un triungo en Liga, siete puntos, plaza de descenso). La llegada de Quique Flores no ha mejorado el panorama. Salvo en sus dos victorias coperas ante el Marbella, el Atlético, también con él, no ha hecho otra cosa que resbalar. El empate ante el Chelsea y tres derrota en Liga. El equipo reproduce los mismos errores defensivos de siempre. Asenjo no para, los centrales (hoy al menos Pablo se quedará en el banquillo) son un coladero y los demás no carburan. Un desastre que la gripe A del técnico no ha permitido corregir.
Al Atlético no le queda otra que confiar en su pareja letal, Forlán y el Kun, si es que Flores se anima al fin a alinearles juntos. El técnico confía en que Forlán, más pendiente estos días de Uruguay que del Atlético, se centre de una vez con quien le paga. Le hará jugar. Las ausencias de Raúl García, lesionado, y Assunçao, sancionado, fuerzan el estreno de Camacho en el medio junto a Cléber.
"Ahora, el efecto de ganar es muy importante", se limita a decir Quique.
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