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Atwood afirma que "trabajar sobre el proceso de la vejez es doloroso"

EFE

La escritora canadiense Margaret Atwood, después de más de una década sin publicar poesía, vuelve con "La puerta", un intenso poemario que presentó hoy en Madrid, por videoconferencia desde su país, y en el que recorre su trayectoria emocional, desde la infancia hasta su experiencia con la vejez.

"Trabajar sobre el proceso de la vejez es doloroso", explicó esta poeta, novelista y ensayista, Premio Príncipe de Asturias, la voz más reconocida de su país y una de las eternas candidatas al Nobel, desde Canadá "con mucho frío y mucho hielo", comentó.

Y es que Atwood (Ottawa, Canadá, 1939), de mirada fina, cristalina y penetrante como muchas de sus obras, ha comentado en ocasiones que para ella escribir novelas es como construir casas, mientras que escribir poesía es sentirse como el pájaro que canta.

Pero en este libro, que publica Bruguera en España, la autora canadiense pone el retrovisor y el bisturí para hablar de los recuerdos y reflexionar acerca del tejer poético, la política, la naturaleza, el misticismo y la vejez.

Así, el libro se divide en cinco partes muy diferenciadas, todas ellas unidas por un sentido musical que para la autora, según dijo hoy, es "muy importante". "La poesía está muy cercana a la música, y el ritmo transforma cada sílaba", añadió.

Eterna comprometida con los derechos humanos, las causas de las mujeres, la naturaleza y los animales, Margaret Atwood comenzó a escribir poesía con dieciséis años, y publicó su primer poemario en 1966. Pero hoy aseguró que la experiencia y la memoria le dan otra visión "mucho más amplia" que la que tenía cuando era joven, "a pesar de perder otras cosas".

La autora de "El cuento de la criada", "La mujer comestible" o "El asesino ciego", define así la poesía: "Un cable de alto voltaje/ Es como si metieras un tenedor/ en un enchufe".

Una definición que recorre este libro, en el que escribe: "Estamos a merced de cualquier chucho rabioso, piedra arrojada o cancerígeno, o de nuestros propios cuerpos: nacimos con el gancho/de la muerte dentro, y año tras año nos arrastra/hacia donde vamos: al abismo...".

Y lo hace convencida de que en época de crisis la poesía hace "más falta que nunca": Se escribe más porque la percepción emocional de las personas crece, y en momentos difíciles se medita más y se reflexiona sobre el destino. En los buenos momentos se tiende a olvidar todo", subrayó.

Margaret Atwood, que es una encendida defensora de la naturaleza, aseguró que se mueve entre Walt Whitman y Al Gore, "porque ambos desde sitios distintos tienen la misma preocupación", y se mostró muy esperanzada con Obama, porque la política de Bush era desastrosa en ese terreno al negar el cambio climático.

Agradecida porque en España se haya decidido publicar su libro, Margaret Atwood piensa que es muy difícil la traducción en este género literario, porque cada poeta está muy unido a su lengua de origen, por tanto "agradezco mucho a la traductora (Pilar Somacarrera) este trabajo", sentenció.

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