Este artículo se publicó hace 14 años.
Aumentan a 1.144 los muertos por el seísmo de 7,1 grados en China
Los muertos por el terremoto de 7,1 grados que asoló el miércoles pasado la provincia China de Qinghai ya son 1.144 y al menos 417 personas permanecen desaparecidas, informó hoy la agencia oficial de noticias Xinhua.
El portavoz del cuartel del servicio de emergencias, Xia Xueping, declaró que "unas 11.744 están heridas" y según la prensa "1.179 personas en situación grave han sido transportados por vía aérea y por carretera a los hospitales" más cercanos.
Los grupos de rescate intentan hacer frente a las malas condiciones meteorológicas y a la falta de oxígeno, y dos decenas de equipos bien entrenados han tenido que retirarse de las operaciones debido al mal de altura.
Y es que la ciudad de Jiegu, la más afectada por el seísmo y con un 85 por ciento de las casas destruidas, se encuentra a una altitud de cerca de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Todavía hay mucha gente que permanece sepultada entre los escombros y miles de soldados, policías, bomberos y trabajadores médicos de todo el país han sido movilizados para participar en la misión de salvamento.
Muchos de los supervivientes del seísmo, que han pasado una tercera noche a la intemperie o en tiendas de campaña desplegadas en el área, esperan a que llegue más ayuda humanitaria a la zona.
Una mujer tibetana de 43 años fue rescata ayer tras permanecer más de 50 horas de entre los escombros.
"Pensaba que nadie podría salvarnos y perdí la esperanza. Pero mientras gritaba una y otra vez para pedir ayuda, vinieron y nos salvaron", explicó la superviviente.
El jefe de un grupo de rescate procedente de Lanzhou, en la provincia noroccidental de Gansu, afirmó que "las posibilidades de supervivencia están disminuyendo, pero seguimos esperando un milagro".
Los sismólogos advierten que podrían producirse fuertes temblores en los próximos días y afirman que "la réplica de 6,3 grados de magnitud que tuvo lugar tras el seísmo se considera de gran alcance en comparación con los registros históricos", por lo que "hay que estar atentos a más temblores que ronden los 6 grados".
El epicentro del terremoto se localizó a una profundidad de 33 kilómetros en una zona situada a 33,1 grados latitud norte y 96,7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la provincia autónoma tibetana del mismo nombre.
Se trata del seísmo más grave ocurrido en China desde mayo de 2008, cuando un terremoto de 8 grados azotó la provincia de Sichuan, causando unos 90.000 muertos.
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