Este artículo se publicó hace 15 años.
Aumentan las críticas de los obispos alemanes al Papa
Las críticas de los católicos germanoparlantes hacia Benedicto XVI prosiguen pese a sus intentos por calmar el revuelo provocado por un obispo británico que niega el Holocausto.
"No hay calma después de la tormenta", afirmó el jueves en un editorial el semanario católico Rheinischer Merkur, refiriéndose a la decisión del Vaticano de levantar las excomuniones a cuatro obispos tradicionalistas entre los que se encuentra Richard Williams, que niega la magnitud del Holocausto y afirma que no hubo cámaras de gas.
"Un poderoso huracán acaba de pasar por la Iglesia Católica, y sus fuertes vientos han dejado marcas especialmente profundas en Alemania", añadió el texto. En Alemania, Austria y Suiza se han producido comentarios críticos a diario, algunos incluso por parte de obispos católicos.
Benedicto XVI ha intentado cerrar viejas heridas dentro de la Iglesia y con los judíos, reuniéndose con líderes judíos y ordenando a Williamson que se retracte.
Sin embargo, el descontento permanece en los países germanoparlantes, donde el Holocausto sigue siendo un tema muy delicado más de 60 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, en la que los nazis mataron a seis millones de judíos.
"Los obispos alemanes tienen una sensibilidad especial con temas relacionados con el Holocausto, tiene carga política", explicó Anja Middelbeck-Varwich, del Seminario de Teología Católica de Berlín.
La negación del Holocausto es un delito en Alemania.
"Los sentimientos están especialmente implicados porque el Papa es alemán", dijo a Reuters, añadiendo que a la disputa contribuye la irritación por la aparente renuencia del Papa a abrazar el ecumenismo y por un discurso que ofreció en 2006 en Ratisbona que indignó al mundo musulmán.
En la vecina Austria, el arzobispo de Salzburgo Alois Kothgasser, alertó en su página web contra transformar la Iglesia de una organización abierta a un estrecho grupo de fieles obedientes, una velada alusión a Benedicto XVI, que una vez dijo que ése era su futuro.
Unos de los comentarios más duros fueron los pronunciados esta semana por el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, que sugirió que Williamson podría volver a ser excomulgado. "Ahora no veo lugar para él en la Iglesia Católica", afirmó el arzobispo Robert Zollitsch.
Aunque pidió a los católicos alemanes que apoyaran al Pontífice, Zollitsch dijo también que el asunto ha dañado a la Iglesia. "Dio la falsa impresión de que la Iglesia está (...) encaminándose de vuelta al pasado", dijo el líder de los 26 millones de católicos alemanes en el diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.
Por su parte, el cardenal de Viena, Christoph Schönbron, un aliado del Papa, se opuso la semana pasada a rehabilitar a Williamson y el fin de semana pasado voló a Roma para reunirse con Benedicto XVI.
Además, las objeciones austriacas se han visto impulsadas por una polémica por el nombramiento del nuevo obispo de Linz, Gerhard Maria Wagner, conocido por decir que el huracán Katrina fue el castigo de Dios a Nueva Orleans por su libertinaje.
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