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Austria rinde tributo al fallecido ultraderechista Jörg Haider

Reuters

Por Sylvia Westall

Miles de austriacos daban el último adiós el sábado a Jörg Haider, un populista de extrema derecha que murió hace una semana en un accidente de coche cuando iba a gran velocidad.

Unas 30.000 personas acudieron al servicio funerario en memoria de Haider en la capital de la provincia alpina de la que fue gobernador durante más de una década y era considerado por muchos un líder con sentido común que se enfrentó a la clase dirigente de Viena.

Una de las pocas figuras públicas austriacas reconocidas internacionalmente, Haider llevó a la derecha a una coalición gubernamental entre 2000 y 2006 y ayudó a situar políticas antiinmigración en la corriente mayoritaria europea con su retórica contundente y polarizadora.

El populismo moderno de Haider, que también incluyó lo que consideró una pérdida de soberanía nacional con la integración en la Unión Europea, ayudó a desvincular del Gobierno a los partidos centristas que en su opinión estaban desconectados de las preocupaciones de la base popular.

"Aunque era controvertido y sus opiniones rebatidas, habló por la democracia europea", dijo Albert Gardin, de 59 años, que viajó desde Venecia para rendirle tributo. "No sólo era local, austríaco, sino que tenía un mensaje europeo. Representaba una parte de Europa que puede asociarse a su posición", indicó.

Los asistentes al funeral, algunos vestidos con los tradicionales trajes verdes y marrones, depositaron nuevas coronas de flores sobre las decenas que yacen junto a la sede del Gobierno desde poco después del accidente, en la madrugada del 11 de octubre.

Algunos habían formado cola durante horas el viernes para rendir tributo a su ataúd cerrado, colocando fotografías oficiales de Haider, bronceado y con ropa de sport, entre velas rojas.

"No era sólo un político, era un amigo para todos", dijo Yvonne Graessl, de 27 años. "Realmente cuidaba a la gente de forma personal, para ver si les podía ayudar o no".

Sus restos mortales fueron trasladados a una plaza en el centro de la ciudad el sábado, donde las autoridades celebraron un funeral al aire libre antes de una misa en la catedral de Klagenfurt, del siglo XVI.

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