El fantasma de la crisis se apareció ayer con fuerza a las Comunidades Autónomas. Durante su comparecencia en el Congreso, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, cifró en 6.000 millones de euros el agujero que la caída de la recaudación provocó en las cuentas autonómicas durante el año pasado. Por primera vez desde que se instauró el actual sistema de financiación, en 2008 las entregas a cuenta del Gobierno a las comunidades superaron ampliamente a los ingresos reales. Serán las comunidades quienes, en julio de 2010, cuando se liquiden las cuentas, deban devolver dinero al Gobierno. Algunas como Madrid (2.844 millones de euros) o Galicia (596 millones de euros) ya han concretado la cifra.

El nuevo modelo, sin embargo, da algo de aire a las comunidades. Salgado recordó que con él la devolución podrá hacerse durante los cuatro años posteriores a 2011. El anuncio provocó, sin embargo, la queja de la Xunta de Galicia. A su juicio, sólo las comunidades que adopten el nuevo sistema se beneficiarán de la moratoria, y eso lo consideran un 'chantaje' político.

Montoro cree que el modelo «es un traje» para sostener al tripartito catalán

Las estimaciones de Salgado no mejoran para 2009. La inyección de casi 6.000 millones prevista para este año con el nuevo sistema no será suficiente para contrarrestar los efectos de la crisis. La vicepresidenta subrayó que los recursos con los que cuentan las comunidades en 2009 serán inferiores a los de 2007.

No quiso respaldar, en cambio, sus estimaciones sobre el comportamiento del nuevo sistema con datos concretos. No será hasta la liquidación del presente ejercicio cuando Economía pueda dar las primeras cifras. Sí adelantó, sin embargo, que a su departamento 'no le parecen desacertadas' las estimaciones hechas públicas por los distintos gobiernos autonómicos, en especial las del catalán.

Las explicaciones de la ministra no consiguieron apaciguar las críticas de PP y CiU por la falta de concreción y la tardanza en explicar el modelo. Salgado contraatacó: en 2001, el entonces ministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, tardó 50 días en comparecer; la vicepresidenta, 42. Entonces, continuó, el acuerdo no incluyó ni una sola cifra; ahora sí.

El PSOE lamenta que la derecha defienda posturas «absurdas»

Réplica tras réplica, las posiciones se hacían más irreconciliables. Al final, la comparecencia se convirtió en un enfrentamiento directo entre los padres del modelo de 2001 CiU y PP y losvaledores del nuevo sistema: PSOE, ERC e ICV.

'Posturas absurdas'

El choque fue especialmente duro entre los responsables económicos de los dos principales partidos. Montoro volvió a situar a Catalunyaen el centro del debate. A su juicio, el modelo tiene como único objetivo la permanencia del tripartito. 'Se ha hecho un traje a Catalunya', subrayó. El comentario no tardó en levantar alusiones irónicas en las filas socialistas al caso Gürtel. 'Inoportuno', 'partidista' o 'sectario' fueron algunos de los adjetivos que acompañaron las críticas de Montoro.

Su discurso irritó profundamente al responsable económico del PSOE. Francisco Fernández Marugán criticó el 'escenario apocalíptico' y fuera de la realidad pintado por el PP. 'Montoro ha descarrilado, habla como un extraterrestre', le recriminó. Según él, ni las comunidades del PP sostienen el discurso del ex ministro. 'En política no es bueno defender posturas absurdas. El modelo de 2001 no se tiene en pie', concluyó.