Este artículo se publicó hace 16 años.
Las autoridades estudian cambiar el apellido de la familia ante la gravedad del caso
Las autoridades austríacas están estudiando la posibilidad de cambiar el apellido de la familia Fritzl para proteger a sus miembros ante la gravedad del caso de incesto y violación de una de sus hijas por parte del propio padre.
Así lo dijo Hans Lenze, el responsable de la administración regional del municipio de Amstetten, donde el domingo se destapó que el ingeniero jubilado Josef Fritzl, de 73 años, había encerrado y violado a una de sus hijas durante 24 años.
"El nombre de la familia ha sido ensuciado de tal forma que estudiamos cambiar el apellido (de los afectados)", dijo Lenze hoy a la prensa enfrente de la casa donde sucedió el martirio de Elisabeth Fritzl, de hoy 42 años.
"Además, tenemos que restablecer los derechos ciudadanos de los hijos encerrados, que hasta ahora no estaban registrados", señaló el funcionario austríaco.
Por otra parte, explicó que las autoridades están estudiando cómo educar a los hijos productos de las violaciones de incesto, aunque eso no se podrá hacer en escuelas sino deberá suceder con la ayuda de maestros particulares.
"Es imposible imaginarse que estos niños acudan a una escuela", dijo Lenze y agregó que primero los expertos deberán determinar el nivel educativo de los tres menores que vivieron encerrados en el calabozo de Amstetten hasta el sábado pasado.
Se trata de un chico de cinco años, su hermano de 18 y la joven de 19 que se encuentra en el hospital de Amstetten en estado grave, supuestamente debido a una enfermedad congénita, aunque este extremo no ha sido confirmado oficialmente.
Los otros tres hijos-nietos de Josef Fritzl se encontraban reunidos con el resto de la familia y según Lenze hasta ahora el ambiente entre los afectados es "bueno".
"La que está peor es la madre (la esposa de Josef Fritzl)", dijo el funcionario y agregó: "imagínense, estuvo toda una vida con un hombre, tuvo siete hijos con él y ahora se enfrenta a un hombre que ha cometido estos terribles crímenes".
Todos los afectados son atendidos por equipos de psicólogos y trabajadores sociales y los médicos deberán determinar cuándo pueden ser interrogados por la policía, explicó Lenze.
Josef Fritzl confesó ayer haber encerrado y violado a su propia hija a partir de los 18 años de edad en un zulo subterráneo debajo de su casa y de ser el padre de seis hijos con ella.
El acusado fue enviado ayer a las instalaciones de la Fiscalía del estado federado de Baja Austria en Sankt Pölten, donde deberá declarar hoy ante un juez.
El suceso ha causado un gran revuelo mediático, con cientos de periodistas de todo el mundo llegados a Amstetten, una población de 23.000 habitantes al oeste de Viena, y se produce sólo dos años después del caso de Natascha Kampusch, otra joven austríaca que estuvo encerrada durante ocho años en un sótano cerca de Viena.
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