Las autoridades filipinas evacúan aldeas ante la llegada del tifón "Megi"

Las autoridades de Filipinas han iniciado hoy la evacuación de poblaciones del norte de la isla de Luzón amenazadas por el tifón "Megi", cuya fuerza aumenta a medida que se aproxima a las costas de la región en la que se ha declarado el estado de alerta.

El servicio nacional de meteorología indicó que el tifón "Megi" se acerca a la provincia de Cagayan a una velocidad de 24 kilómetros por hora y con rachas de viento de hasta 225 kilómetros por hora, con lo que ha elevado su categoría a nivel 4.

La última vez en la que las autoridades dieron ese mismo nivel a un tifón, fue a finales de noviembre de 2006 con ocasión del tifón "Durian" que causó unos 700 muertos.

"Alertamos a los residentes en zonas bajas y montañosas que se pueden producir inundaciones y corrimientos de tierra", advirtió el servicio de meteorología en un comunicado difundido por los medios locales.

El director del Consejo Nacional para la Gestión de Desastres y Reducción de Riesgos, Benito Ramos, dijo a la prensa que se ha puesto en marcha la evacuación de los habitantes de las aldeas ubicadas a orillas del río Cagayan, en la provincia de mismo nombre, que están más expuestas a las inundaciones y riadas.

También los equipos de protección civil han empezado a evacuar a la gente de los pueblos situados en la costa de la provincia de Cagayan, para ser trasladados a los centros de acogida montados en las localidades de Santa Ana y Gonzaga, señaló la fuente.

El gobierno ha puesto en alerta a los servicios de protección civil de 19 provincias del norte de Filipinas.

"Megi"será el décimo tifón que este año golpea Filipinas, donde el pasado julio murieron 102 personas en inundaciones, riadas y avalanchas causada por otro fenómeno meteorológico similar.

Cada año, entre 15 y 20 tifones pasan por Filipinas durante la estación lluviosa, que comienza entre mayo y junio y finaliza en octubre o noviembre.

Los expertos de las agencias internacionales han identificado el chabolismo como el principal factor de estos desastres naturales que afectan al país, y que evidencian el pésimo estado de sus infraestructuras, así como la falta de preparación y medios de los que cuenta la Administración para responder a las emergencias.