Este artículo se publicó hace 15 años.
Un avión turco se parte en tres al aterrizar en el aeropuerto de Amsterdam
Un Boeing 737 de Turkish Airlines con 143 personas a bordo se estrelló a cinco kilómetros de la pista. El ministro turco de Transporte se apresuró a decir que no había víctimas. Más de 80 personas resultaron he
Imagen del aparato siniestrado. AFP
Nueve personas han muerto y más de ochenta han resultado heridas, seis de ellas en estado crítico y una veintena graves, al estrellarse hoy un Boeing 737 de la compañía Turkish Airlines durante la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto holandés de Schiphol.
Una portavoz del Servicio de Sanidad holandés explicó que los heridos fueron ingresados en once hospitales y que 24 presentan lesiones leves y en otros 21 casos todavía se deben constatar los daños que han sufrido.
El avión, que había despegado de Estambul con 135 personas a bordo (128 pasajeros y 7 tripulantes), cayó en un campo agrícola en las inmediaciones del aeropuerto de Amsterdam poco antes de tomar tierra y se partió en tres, aunque no se incendió.
Los cadáveres de tres miembros de la tripulación todavía siguen en el aviónUn portavoz del Ministerio Fiscal confirmó en rueda de prensa que los cuerpos sin vida de tres miembros de la tripulación todavía se encuentran en el avión, y que todavía no se han retirado "en beneficio de la investigación" para aclarar los hechos.
Los investigadores han recuperado también una de las dos cajas negras del aparato, la que recoge datos técnicos del vuelo, indicó Pieter van Vollenhoven, presidente del Consejo de Investigaciones sobre Seguridad.
El teniente de alcalde de la localidad de Haarlemmermeer, Michel Bezuijen, aclaró que todavía no hay más información sobre las causas, entre otras razones porque "se ha dado prioridad a la ayuda a las víctimas". También indicó que se "está estudiando la lista de pasajeros para determinar entre otras cosas la nacionalidad" de los mismos.
Posible parada de los motores
El aparato se estrelló a las 9:30 GMT mientras se aproximaba a la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Schiphol, que permaneció cerrado durante un tiempo tras el siniestro. El tráfico aéreo se reanudó "poco después" de forma limitada, explicó Bezuijen. Varios testigos presenciales explicaron que el morro del aparato perdió altura repentinamente y que se precipitó hacia el suelo.
Aunque se desconocen las causas del accidente, los medios holandeses avanzaron que los motores del avión, fabricado en 2002, se pararon poco antes del aterrizaje, con lo que el aparato perdió velocidad y cayó en el campo contiguo a la pista.
Testimonios del accidenteUna persona que vio el accidente desde su coche explicó que los pasajeros salieron por la parte central del aparato y empezaron a llamar por el teléfono móvil, aparentemente para informar a sus familiares. Otro testigo presencial explicó que el avión "parecía que planeaba en el aire y luego se cayó de cabeza".
Muchos pasajeros pudieron llegar al aeropuerto a pie y otros fueron llevados en tractorUnas sesenta personas pudieron abandonar el avión por su propio pie, mientras que algunos heridos tuvieron que ser transportados en un tractor debido a que algunas ambulancias tenían problemas para desplazarse por el terreno agrícola.
Un superviviente del siniestro explicó a la radio holandesa que "todo ocurrió muy rápido, en diez segundos", y sin que diera tiempo a la tripulación a dar aviso alguno sobre la existencia de problemas. Otro superviviente declaró que "íbamos descendiendo, cuando notamos como una turbulencia fuerte y luego la cola debió tocar el suelo (...) había heridos y gente en peor estado".
Turkish Airlines traslada gratuitamente a Holanda a familiares de las víctimas del accidente y las autoridades holandesas ya anunciaron que no les exigirán visado para entrar en el país.
Holanda vivió su peor accidente aéreo en octubre de 1992 cuando un Boeing 747 de carga de la compañía israelí El-Al se estrelló poco después de despegar de Schipol, en las cercanías de Amsterdam, contra dos edificios de Bijlmermeer, un barrio periférico de la capital holandesa.
En el accidente murieron, además de los cuatro ocupantes del avión, otras 90 personas que habitaban en los bloques de viviendas siniestrados, la mayoría emigrantes.
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